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miércoles, 6 de diciembre de 2017

Lactancia sin leche materna




       Siempre me ha resultado curioso lo que las mamás lactantes encontramos en común entre nosotras. Es muy frecuente que cuando nos reunimos, o en simples encuentros, cuando el tema de la lactancia sale a relucir, salgan a su vez historias de lactancia de lo más variopinto, algunas de ellas, fascinantes. Fue así, de historia en historia, cuando descubrí hace ya unos años  que existía la lactancia seca.  La lactancia seca, es la que se lleva a cabo sin leche de por medio, o al menos sin leche materna de por medio. Es por tanto la que no tiene un fin nutritivo.

          La verdad es que el nombre lactancia seca, no me gusta en absoluto.  Para mí la palabra “seca”, no sé si por deformación profesional,  es sinónimo de “yermo”,” inerte”, y son adjetivos que no considero que califiquen al pecho de una madre.  Creo que el pecho de una madre es siempre amoroso, aunque no mane leche de él.  Incluso es amoroso aunque el bebé por el motivo que sea no llegue a prenderse de él.  Tampoco me gusta el término “lactancia no nutritiva”,  porque si bien es cierto, que la OMS habla de la lactancia materna únicamente en términos de aporte de nutrientes, todos sabemos que las personas, y especialmente los bebés, no sólo necesitan alimentar su cuerpo, y que hay necesidades, como la de contacto y afecto, tan importantes como la necesidad de alimento. La llamaré por tanto lactancia sin leche materna.

        Quien amamantó lo sabe, y como dije en otra ocasión: “En la lactancia la leche no es lo de menos, pero tampoco es lo de más”.  ¿Y si no es sólo leche de lo que hablamos, de qué hablamos entonces?  Pues  de calorcito, de seguridad, de tranquilidad, de apego, de consuelo, de calma, de sentirse poderosa, de conocimiento mutuo, de vínculo, de paz, de abrazo, de miradas …

         También es cierto, que todas esas cosas se pueden dar  al bebé de muchas otras maneras, y las madres, alimentemos como alimentemos, somos especialistas en hacerlo. Mediante abrazos, besos, achuchones varios, canciones incluso desafinando, y dando el biberón  con todo el amor del mundo, por supuesto.

Pero si la lactancia materna es todas estas cosas y muchísimas más, no es de extrañar que muchas madres decidan disfrutar de una lactancia sin leche materna.
¿Y cuáles son  los motivos por los que se llega a una lactancia sin leche materna?
Pues pueden ser muchos, vamos a repasar algunos de ellos:
 


        En el caso de hipogalactia, es decir, baja o nula producción de leche. 

     Hay madres que a pesar de no haber conseguido una producción de leche (aquí cabe recordar que se calcula que únicamente un 2% de las mujeres pueden sufrir hipogalactia real) deciden seguir ofreciendo el pecho a sus bebés, y bien el bebé recibe el alimento de un relactador, mientras está prendido al pecho, o bien se puede dar la leche por otro medio y colocar al bebé al pecho para satisfacer otras necesidades.  

      Las opciones son tantas como mamá y bebé deseen, porque cada lactancia la escriben ellos dos.




      Otro motivo puede ser el caso de mamás no gestantes, como pueden ser las madres adoptivas o el caso de familias compuestas por dos mamás, en las que una de las dos es madre gestante y la otra no gestante.

         Sobre el primer caso me viene a la memoria el caso de una mamá adoptiva  que sin haber oído hablar de este tipo de lactancia, cuando tuvo a su bebé en brazos, lo único que le pedía el cuerpo era ponérselo al pecho, y ella fue la primera sorprendida en ver cómo el bebé se agarraba y comenzaba a succionar.

      Sobre el segundo caso, leí hace unas semanas el caso una familia en la que una de las dos mamás había dado a luz por cesárea, y al encontrarse ella tan agotada en el hospital  habían animado a la otra mamá a que se colocara al bebé al pecho. El bebé se agarró con tanta fuerza y naturalidad,  que ambas continuaron ofreciendo el pecho.   Las dos mamás distinguían perfectamente cuando el bebé tenía hambre de cuando sólo quería chupar, y bromeaban sobre qué teta quería en cada momento.

      También existen casos de madres que en su día destetaron y por algún motivo el bebé se volvió a agarrar al pecho pero ya no se recuperó la producción y la lactancia continúa por un tiempo más pero sin producción de leche.

     Algunas veces, durante el embarazo, la producción de leche se detiene, pero este no es motivo suficiente para que un bebé o niño decida destetarse, y la madre y el niño continúan su lactancia felices.

      Incluso hay casos en los que en una lactancia de un niño mayor, la mamá se encuentra con que estaba haciendo lactancia sin leche sin ni siquiera saberlo, cuando, llegado el destete el pequeño le confiesa cómplice que hace tiempo que ya no sale nada :) .


Paloma Arribas
Monitora de La Liga de la Leche en Valladolid















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