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martes, 16 de enero de 2018

Sexualidad y Lactancia

De vez en cuando, en el grupo de León y a instancias de las madres, hacemos una charla sobre sexualidad y lactancia.
Muchas veces el tema interesa sobre todo por investigar los métodos anticonceptivos durante esta etapa, aunque detrás suele haber un secreto: a muchas mujeres no les apetece el sexo y no saben si lo que les pasa es normal o no.
Creo que es importante tener claro una cosa: no se puede distinguir sexualidad de lactancia, porque no hay distinción; la lactancia forma parte de la sexualidad femenina, es una etapa más de nuestro ciclo sexual. De hecho, durante una toma se segregan hormonas que también están presentes en las relaciones sexuales de pareja. Y tanto es así, que hay mujeres que confiesan, las más de las veces con mucho pudor y hasta con culpa, que sienten excitación sexual durante las tomas.

Hace unas semanas leía con estupor una entrada en un blog que se supone feminista, donde la autora afirmaba que a quien le pasa esto tiene un problema y ha de hacérselo mirar; una afirmación que sólo denota una profunda ignorancia (y de paso, una total falta de empatía y sororidad) sobre el ciclo sexual femenino y concretamente, sobre el proceso de una toma.
Pero vayamos por partes.
Durante una tetada, aparte de prolactina, la mujer segrega grandes cantidades de oxitocina, que es la hormona encargada de eyectar la leche fuera del pecho. La oxitocina, también llamada hormona del amor, se segrega también durante el parto, siendo la responsable de las contracciones uterinas y del reflejo de eyección del feto; y durante un encuentro sexual, para las mujeres la oxitocina es la responsable de las contracciones del orgasmo y para los hombres es la hormona que causa la eyaculación. Además, durante una tetada una mujer también segrega, de manera paralela y como consecuencia de la oxitocina, grandes cantidades de endorfinas. Queda claro así, que no es tan raro que una mujer sienta placer sexual mientras amamanta, puesto que las hormonas que segrega son las encargadas, percisamente, de proporcionar ese placer sexual.
Ahora bien; si estamos llenas de esas maravillosas hormonas, ¿por qué parece que no tenemos ganas de tener sexo de pareja? Pues precisamente porque estamos llenas de esas hormonas, no necesitamos más. La naturaleza así se encarga de que sólo tengamos ojos para nuestros bebés, brazos para nuestros bebés, porque ellos nos necesitan. Nuestras parejas ya son adultas y se supone que se las pueden arreglar solitas, y que, además, entienden que las necesidades de ese nuevo ser están por encima de las suyas.
De todas formas, es cierto que cuando ese puerperio va desapareciendo y nosotras vamos retomando otras formas de contacto sexual, muchas mujeres se encuentran con que tienen algunas dificultades. A veces los primeros encuentros sexuales no son muy agradables, y eso puede hacer que la mujer madre en los primeros meses posponga el sexo con su pareja.
Volvemos de nuevo a las hormonas que intervienen en la lactancia, pero esta vez sí nos vamos a centrar en la prolactina.
Durante los primeros 180 días tras el parto (unos 6 meses) los niveles de prolactina y de oxitocina son muy altos. La naturaleza se asegura así de que la lactancia se establezca debidamente y que el bebé, que aún no puede tomar otros alimentos que no sean la leche de su madre, tiene una buena cantidad de esa leche. A partir de esos 6 meses, y por una cuestión de economía, la lactancia se hace más "mecánica" y los niveles basales de esas hormonas bajan. Pero mientras la prolactina esté alta las mujeres que amamantan pueden sentir un déficit de lubricación vaginal durante sus relaciones sexuales con penetración. Usar lubricantes químicos y tener presente que hay muy buen sexo que no lleva consigo penetración pueden ayudar mucho.
 Y sobre todo, la paciencia de las parejas, la empatía con sus compañeras, y que dispongan de información adecuada sobre cómo se desarrolla en la mujer esta etapa de su vida, son fundamentales para que todo vuelva a fluir, no como antes eso seguro, pero de manera igual de estupenda.

Raquel García
Monitora del grupo de La Liga de la Leche en León

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