Esta pregunta suele ser muy recurrente en las reuniones con las familias.
La llegada de un nuevo miembro familiar nos llena de alegría, pero pasan las semanas, incluso los meses, y seguimos sin dormir una noche entera. El/la bebé o el/la niño/a sigue pidiendo pecho varias veces a la noche, hasta tal punto de pasarnos la noche entera "con la teta fuera".
De la misma forma en que no puede uno saber cuándo un bebé sonreirá por primera vez, o hablará su primera palabra o dejará de dormir siestas, no hay forma de predecir cuándo dormirá toda la noche. No hay una “edad correcta” para que el bebé duerma toda la noche. Como con cualquier etapa del desarrollo del niño, su bebé puede llegar a este punto antes o después que otros niños.
Durante las primeras semanas de la vida de su bebé, recordad que no podría recibir el alimento necesario si durmiera toda la noche. Los bebés amamantados necesitan mamar por lo menos de ocho a doce veces cada 24 horas (en raras ocasiones además son regulares), y muchas veces incluso más, encontrándose este hecho dentro de lo que se considera como normal. Eventualmente, la mayoría de los bebés empiezan a dormir períodos más largos de noche, pero la necesidad de recibir leche materna durante la noche continuará por meses e incluso años. Incluso más allá de seguir necesitando recibir leche materna, un niño/a más mayorcito seguirá necesitando la protección y la relajación que obtiene a través del pecho de su madre. Por ello se dice que el pecho no es solo alimento, sino que también es afecto, tranquilidad, protección y cercanía al ser humano del que más depende: su madre.
Puede que hayáis escuchado que el darle al bebé o al niño un biberón por la noche de leche e incluso con leche con cereal le ayudará a dormir mejor por la noche. Ésto suele no ser cierto. Si bien en algunos casos un bebé al que se recarga su estómago de noche puede llegar a dormir más, la calidad de su sueño suele ser peor que un bebé que recibe exclusivamente un alimento altamente digestible como es la leche de su madre. El sistema digestivo del bebé es inmaduro y habitualmente no está preparado para recibir otros alimentos antes del sexto mes de vida, y además un estómago pesado no hará otra cosa que una peor digestión y una elevación mucho más alta de los picos de glucosa en sangre que darán paso a unos picos más altos de insulina, hecho nada beneficioso para cualquier organismo.
¿QUÉ PODEMOS HACER PARA DORMIR Y DESCANSAR MÁS DURANTE NUESTRA CRIANZA?
Tener que despertarse a atender al niño/a durante la noche puede hacer que las madres (y padres o parejas) se encuentren muy cansados durante el día.
- la madre puede dormir por el día mientras el bebé duerma, útil sobre todo las primeras semanas. Es fácil caer en la tentación de aprovechar esos pocos ratos (si los hay) en los que el bebé duerme para hacer tareas o trabajos, aunque realmente lo verdaderamente esencial para las mamás es recuperarse, descansar y poco más. La familia y amig@s seguramente estén verdaderamente dispuestos a traer a la familia comida, a hacer recados y limpiar la casa
- acostarse en la cama mientras se amamanta al bebé o al niño/a también puede facilitar el descanso. Muchas mamás se dan cuenta que mantener a sus bebés cerca o junto a ellas puede hacer que descansen más y mejor. A través de la historia de la humanidad, los bebés y sus madres han dormido juntos (para garantizar el alimento y la protección del bebé). Muchas mamás nos cuentan que el colecho seguro ha facilitado sus lactancias, sus descansos y estar más descansadas a lo largo del día. Hay familias que no desean practicar colecho pero igualmente tienen a sus bebés lo más cerca posible de la mamá (por ejemplo, la cuna pegada a la cama) para que ésta no tenga que levantarse de la cama sino alargar su brazo para coger a su bebé.
- hay expertos que creen que los padres necesitan enseñarle al bebé a consolarse a sí mismo cuándo se despierta de noche, y algunos hasta dictan los minutos para que los padres dejen a sus hijos llorar antes de responder a su llamada. Puede que estos métodos funcionen con algunas familias, pero otras familias han descubierto que prefieren confiar en sus instintos y responder cuándo su bebé llora para cubrir sus necesidades de protección, afectivas y de alimento.
- ser conscientes de que los ciclos de sueño de bebés y niños difieren mucho de los de los adultos es muy importante. Un libro recomendado por La Liga de la Leche es "Dormir sin lágrimas", de Rosa Jové. Un gran libro para entender cómo duermen normalmente los bebés y niños para poder obrar en consecuencia.
Y sobre todo, mandaros muchos ánimos y paciencia porque os puedo asegurar que tarde o temprano se cumple ese dicho de "todo llega".Pilar Rúa
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