martes, 27 de febrero de 2018

Congestión Mamaria: cuando los pechos ¡duelen!


   



     Una experiencia personal:

    Recuerdo que la congestión fue para mí una desagradable sorpresa. A pesar de haber asistido a clases de preparación al parto, desconocía por completo qué me estaba ocurriendo, por qué mis pechos parecían balones de rugby, se sentían duros como piedras y dolían con sólo mirarlos. Notaba bultos también dolorosos bajo las axilas. La ropa, el sujetador, eran un tormento sobre la piel enrojecida, caliente y tirante. Mis pezones estaban totalmente planos a causa de la  hinchazón. Y lo peor ¡mi bebé no se podía agarrar para mamar! Creí que eso era consecuencia de mi impericia como mamá novata, que era lo que suele ocurrir cuando nos baja la leche, incluso creía que esa hinchazón exagerada parecía explicarse por la excesiva producción:  mi madre me consolaba diciendo que lo que ocurría es que yo tenía mucha leche..., nadie me previno ni me pudo explicar cómo aliviarlo.
 "La congestión de las mamas consiste en realidad en la acumulación de demasiado líquido en el pecho. La primera semana tras el parto es una combinación de leche y una circulación incrementada. Las mamas congestionadas se notan pesadas, llenas, dolorosas y calientes al tacto. Cuando están demasiado llenas el agarre del bebé puede resultar complicado. Sin un buen lactante u otro recurso para extraer la leche con frecuencia y eficacia, la pesadez y el calor pueden aumentar, y entonces las mamas, prietas y brillantes, estarán demasiado congestionadas para  que la leche fluya, de la misma manera que un resfriado puede taponar la nariz hasta el punto de no poder sonarse".  
  "¿Nota bultos en las axilas? Se trata de tejido glandular que ni sabía que tenía. Unas veces está conectado con el resto del pecho y se vacía con él; y otras veces, no halla salida. Aunque no se vacíe, poco a poco remitirán los abultamientos y no volverá a notarlos" 
EL ARTE FEMENINO DE AMAMANTAR, LIGA DE LA LECHE INTERNACIONAL, 2011

    Corría el año 1998 y mi bebé recién nacido estaba ingresado en observación por complicaciones durante un parto inducido. Desde el momento de nacer estuvimos separados, él en la planta de neonatos y yo en la de obstetricia. En aquel tiempo yo no sabía nada de lactancia, de la necesidad de amamantar pronto o de extraer con frecuencia de ambos pechos - cuando no es posible la lactancia directa-, y mi entorno (profesional y familiar) tampoco me supo ayudar.

     Muchas horas después de dar a luz a mi madre se le ocurrió traerme un extractor de pera, tipo bocina, por entonces ya desaconsejados, con la mejor intención pues es el que ella había usado en sus crianzas. Con él empecé a sacarme el calostro y la primera leche y se lo llevaba a Diego al lactario a la hora de visita. Cuando iba a ver a mi hijo a la planta de neonatos, le tomaba con emoción y temor de brazos de la enfermera y le acercaba al pecho, pero él lloraba y rechazaba mamar con todas sus fuerzas. Se había acostumbrado a los chupetes con tetinas de caucho grandes que entonces daban allí y yo no tenía pezón ni areola donde agarrar, ni disponía de suficiente tiempo para intentarlo. Alguna buena enfermera intentó ayudarnos extrayendo unas gotas sobre el pezón y forzando al niño a abrir la boca contra el pecho, convencida de ser la manera idónea, pero claro, no funcionó. Ellas me decían que mis pechos estaban impracticables, y era verdad.  

     Decidí que el ratito de ver a mi hijo en el lactario no podía ser siempre un momento tan frustrante para ambos... Así que empecé a extraerme con mayor empeño mi leche para dársela en biberón. Éso me permitía hacer algo bueno y útil por él. Me sacaba leche con la que llenaba dos biberones grandes, pero dos veces al día. Sin saberlo, estaba empeorando la congestión y preparando un problemón aún mayor con esa pauta de extracción. (Mucha leche y muy distanciada, en vez de "poca" pero frecuente).

 "Entre los primeros tres a cinco días posparto se desencadena la producción de leche. La circulación de la sangre hacia las mamas aumenta para poner en funcionamiento la "fábrica de leche". El flujo linfático aumenta para eliminar productos de desecho (...). Si le han administrado goteo intravenoso durante el parto, parte del que ha entrado en el organismo también se dirigirá a las mamas. El papel del bebé consiste en estimular la circulación de los líquidos y mamar con frecuencia. Mientras la leche se extraiga con frecuencia y eficacia, es improbable que la madre note nada más que cierta pesadez y calor, aunque ocasionalmente la congestión llega a pesar de los esfuerzos de un lactante eficaz." EL ARTE FEMENINO DE AMAMANTAR, LIGA DE LA LECHE INTERNACIONAL, 2011

    A los cuatro días comencé a mostrar síntomas de mastitis aguda, justo cuando me dieron el alta. Mi bebé se quedó ingresado 17 días más por una infección que cogió a través de un catéter. Yo me fui a casa, con 40º de fiebre, antibióticos y unas pastillas para cortarme la leche, pues me aconsejaron desistir de empeñarme en amamantar con aquella ingurgitación y con un bebé ingresado que no mamaba.  Es posible que ahora que hay mayor información  ésto no sea lo más habitual, pero entonces  sí. Pienso que obraron convencidos de quitarme un gran problema de encima. Y yo creía que ellos, los profesionales,  sabían mejor que yo lo que nos convenía a Diego y a mí en cuanto al curso de la lactancia; pensé que todo estaba perdido y lo acepté con pena y resignación.

    Durante varios días me apliqué hielo y me saqué leche para que se la llevara mi marido al niño, hasta que desistí y tiré la toalla.  Cada vez salía menos leche. Me aconsejaron no extraer más. Tuve abcesos en ambos pechos y una tarde me hice una quemadura en un pecho al dormirme con la compresa de hielo encima. Yo era muy joven y ¡no entendía nada de lo que estaba ocurriendo!, me parecía todo una pesadilla. Mi pena por mi hijo enfermo y por estar separado de mí, por no poder alimentarle, cuidarle y tenerle conmigo era lo suficientemente grande como para no pensar en nada más. Pero dentro de mí quedó esa espinita de la experiencia de lactancia frustrada, el dolor de la congestión extrema y la impotencia. Una espinita que me llevó a contactar con la Liga de La Leche tres años después, en mi segundo embarazo. Indagué y al cabo de un tiempo supe qué es lo que había propiciado la mastitis y cómo lo podía haber evitado. Entendí mejor lo que había ocurrido. ¡Ojalá lo hubiese sabido! Para evitar la congestión ¡¡realmente la información es poder!!

 "Durante el parto evite el goteo intravenoso que puede aumentar significativamente la congestión. Después del parto (y en cualquier momento durante la lactancia), extraerse la leche de las mamas es esencial para que también disminuya la presencia del resto de líquidos. No empeorará la congestión ni fomentará la producción de un exceso de leche. Cuando las mamas quedan completamente blandas, la congestión no suele reproducirse".
"Es importante aliviar la congestión enseguida para evitar complicaciones al acumularse más leche. Como una nariz congestionada, cuanto más lleno esté el pecho más difícil resultará vaciarlo. Una congestión extrema puede dañar la producción de leche".
EL ARTE FEMENINO DE AMAMANTAR, LIGA DE LA LECHE INTERNACIONAL, 2011



    Con mis siguientes bebés no tuve que vivir más esa congestión extrema. Yo estaba alerta a los síntomas (un bulto doloroso, una zona enrojecida, una tirantez... y corría presta a amamantar más veces, o a extraerme un poco de leche tras la toma o entre tomas). Ambos partos fueron naturales y espontáneos, apenas recibí goteo y además estuvimos juntas desde el primer minuto. La congestión de la primera semana fue significativamente menor, mucho más breve y manejable, y no desembocó en  mastitis. Otra cosa fueron los conductos obstruídos, que también se pueden evitar o aliviar si se está atenta a los signos. Pero si os parece bien, de ello hablaremos otro día.


                ¡LA CONGESTIÓN NO ES SÓLO COSA DEL INICIO DE LA LACTANCIA!

    Aunque es normal notar  congestión al inicio de la lactancia   también se puede padecer cuando la lactancia ya está instaurada, algo que muchas veces nos pilla totalmente desprevenidas, por ejemplo en momentos en que el "bebé" -refiriéndome tanto a un/a pequeñ@ de meses como a un/a niñ@ de algunos años- cambia de pautas al mamar durante el día o durante la noche. O cuando nos separamos varias horas, por ejemplo al principio de volver a la rutina laboral.

"La congestión también puede aparecer cuando el bebé de repente duerme toda la noche o pasa varios días estimulando la producción de leche para satisfacer sus necesidades durante un tirón del crecimiento y luego pasa el día dormitando tranquilamente mientras usted se queda con "el botín" a bordo -o cuando pasa un tiempo inesperadamente largo entre tomas-. Pero en tales casos, solo se trata de leche, y es fácil aliviar la congestión con una toma". EL ARTE FEMENINO DE AMAMANTAR, LIGA DE LA LECHE INTERNACIONAL, 2011

     En ocasiones la congestión se puede convertir en un problema después del parto. Si es tu caso, lee algunas de estas ideas que desgranamos a continuación. Esperamos que algunas de ellas te puedan ser útiles:
  • Tener al bebé junto a nosotras, empezando a amamantar lo antes posible tras el parto, y por tanto tiempo y frecuencia como nos pida.
  • Si nuestras mamas están demasiado tensas para permitir un buen agarre, es interesante recurrir a la técnica de "presión inversa suavizante" para ablandarlas, que sirve para empujar los líquidos lejos de la zona de la areola y conseguir una zona de anclaje para que el bebé se pueda agarrar y extraer leche. Es una técnica que conviene realizar cada hora aproximadamente. Dejo enlazado un video que la explica de manera práctica, pues en estos casos una imagen vale más que mil palabras. El ssiguiente vídeo educativo de la Universidad de La Laguna (ULLmedia)  explica la técnica en detalle.
  • Si nuestro bebé no puede mamar ni aún aplicando esta técnica, la extracción frecuente, manual o con sacaleches -siempre lenta y suave- puede resultar de ayuda (a demasiada velocidad atraerá más líquido a la areola, complicando el problema). 
  • El movimiento de los pechos puede favorecer el drenaje linfático: masajeándolos suavemente, elevándolos y moviéndolos con cuidado, como si los sopesáramos.
  •  El tumbarse boca arriba al descansar hace que la gravedad  favorezca el drenaje de líquidos.
  •  Como la congestión es en parte una inflamación, podemos pedir a nuestro médico un antiinflamatorio compatible con la lactancia (casi todos los que se expiden sin receta lo son). Se puede consultar la compatibilidad en este recurso:  http://www.e-lactancia.org/
  •  La col verde puede ayudar a reducir la inflamación: con algunas hojas interiores (mejor desechamos las externas), a las que retiraremos el nervio central, y aplicaremos sobre el pecho, evitando el pezón, para no dar un sabor que moleste al bebé.
  •  Se puede aplicar frío para la inflamación: envolviendo una bolsa de guisantes congelados en una toalla pequeña, usándola como una compresa fría, alternando unos 20 minutos de aplicación con 20 de descanso, todo el tiempo que veamos necesario.
  •  Si nos apetece una ducha caliente, es mejor dejar correr el agua sobre la espalda, no sobre el pecho.
  •  Y si la congestión se repite, debemos intentar extraer toda la leche posible de ambas mamas para conseguir "vaciarlas".

INFORMACIÓN EXTRAÍDA DE "EL ARTE FEMENINO DE AMAMANTAR", 
LA LIGA DE LA LECHE INTERNACIONAL, 
8ª Edición, 2011

    Si deseas saber más sobre este tema o sobre otra situación que se dé en la lactancia, no dudes en hacernos llegar tu comentario a través de nuestro blog, en esta misma entrada, o, si lo prefieres  ponte en contacto con una monitora acreditada de la Liga de La Leche cercana a tu localidad: 

Ana Isabel Barriga Martín
Monitora de la Liga de La Leche
Liga de La Leche de Castilla y León
Valladolid





miércoles, 7 de febrero de 2018

PROBLEMAS CON EL AGARRE DEL BEBÉ AL PECHO: ANQUILOGLOSIA

He aquí uno de mis temas estrella, debido a la experiencia propia y a años de leerme todos los artículos que caen en mis manos, ver cientos de bocas de bebés...... Es un problema controvertido con multitud de opiniones, y pocas de ellas de acuerdo entre sí, pero se va publicando de vez en cuándo algún que otro artículo y/o estudio.

Cada vez que viene una mamá con dolor al dar la toma de su bebé, grietas, obstrucciones, ingurgitaciones....... lo primero que solemos hacer es observar la postura de ese bebé al pecho, cómo le posiciona su mamá, cómo agarra el pecho, cómo pone los labios....... Me atrevería a decir que la gran mayoría de esos problemas se derivan de una mala colocación del bebé al pecho (dar el pecho es un carácter aprendido, y llevamos 50 años aprendiendo a colocar a los bebés en nuestro regazo para dar un biberón, pero no para colocarle en el pecho).

 




Esta es la imagen típica que hay en muchos libros y que nosotras a menudo intentamos copiar. La colocación del bebé recién nacido en la curvatura del codo, cuándo practicamos la postura en cuna, es incorrecta y puede provocar un mal agarre. Si en lugar de en la curvatura, su cabeza descansa en nuestro antebrazo o prácticamente en nuestra muñeca, podremos enfrentar mejor a nuestro bebé para que mame mejor y disminuiremos la probabilidad de peores agarres.



Ahora bien, tenemos una mamá con dolor en el pecho, grietas, bebé que en muchas ocasiones no gana peso adecuadamente, que todas sus tomas son tan interminables que está horas y horas al pecho y si le soltamos llora desesperadamente.......... Y resulta que su postura es perfecta, incluso ha probado todas las posturas que viene en el "tetasutra" y en casi todas o en la mayoría duele. A veces su pezón sale cómo aplastado de la boca del bebé, a veces la punta del pezón está blanca......El bebé muchas veces presenta una bolita en la zona medial del labio superior que cada cierto tiempo elimina una piel redondeada, se denomina "callo de succión". A ésto se suma que el pediatra nunca ha detectado ningún problema en la boca del bebé (el diagnóstico de la mayoría de anquiloglosias desapareció con la aparición del biberón).

Y nos vamos a ver la boca del bebé. Analizamos la forma física y la funcionalidad. Y a veces ahí está, un frenillo sublingual corto o anquiloglosia.

Es una anomalía congénita relativamente frecuente que presentan entre el 0,1 y el 11% de los recién nacidos (hay disparidad según los estudios) y que es causa de diferentes problemas en la lactancia materna. La palabra anquiloglosia viene del griego: glosia (lengua) y agkilos (torcido o lazo) su traducción sería por tanto “lengua torcida o atada en forma de lazo” en referencia al aspecto que presenta la lengua al abrir la boca.
Durante el desarrollo fetal, la lengua está fusionada a la base de la boca. La muerte celular y su reabsorción liberan la lengua. El frenillo permanece como remanente de esa ligadura inicial, por eso todos tenemos “restos”, sería el frenillo lingual “normal”, no patológico.

Si parece más clara la diferencia ente hombres y mujeres, siendo 2,6 veces más frecuente en hombres.

Podemos diferenciar cuatro tipos de frenillo lingual: el tipo 1 y tipo 2 (frenillos anteriores) y el tipo 3 y 4 o submucoso (frenillos posteriores).


Frenillo tipo 1
El frenillo se ancla en la punta de la lengua, que suele presentar forma de corazón, y se observa a simple vista. La movilidad de la lengua se encuentra muy restringida, no siendo posible elevarla ni extenderla




Frenillo tipo 2
El frenillo se inserta un poco más atrás que en el tipo 1, a una distancia de entre 2 y 4 mm de la punta de la lengua. Menos restrictivo, impide también la elevación y extensión de la lengua, aunque en menor medida








Frenillo tipo 3
El frenillo se inserta más atrás que en los dos tipos anteriores, la extensión de la lengua no suele verse comprometida, pero si la elevación. A simple vista la lengua parece normal. Este tipo de frenillo presenta también un componente submucoso que no es visible a simple vista.




Frenillo tipo 4 o submucoso
El frenillo como tal no se ve a simple vista, se encuentra bajo una capa de tejido submucoso y restringe casi en su totalidad el movimiento de la lengua, que se ve anclada en el suelo de la boca, sin elevarse y con aspecto compacto. El movimiento de la lengua suele ser asimétrico y los bebés que presentan este tipo de frenillo suelen presentar la boca y la lengua torcidas al abrirla.

Para mamar de manera adecuada, la lengua tiene que ser capaz de realizar una serie de movimientos de forma secuencial, estos movimientos son: la extensión (y mantener esa extensión durante toda la toma), la elevación (para comprimir la areola y así realizar la acción de “ordeñar”) y la lateralización (moverse a ambos lados de la boca para adaptarse a los cambios de forma del pezón). Entre un 25 y un 44% de los bebés con anquiloglosia presentan alguna de las dificultades en la lactancia anteriormente descritas, como consecuencia de falta de movilidad de la lengua.

Existen referencias al tratamiento de la anquiloglosia desde en el siglo XVIII, cuando se recomendaba el corte del frenillo lingual para facilitar el amamantamiento.
En este periodo, las comadronas cortaban el frenillo a todos los recién nacidos utilizando, en ocasiones, las uñas de sus dedos.

El tratamiento quirúrgico de la anquiloglosia es la frenotomía que se describe como: “procedimiento menor, que causa un mínimo sangrado (unas pocas gotas) y llanto en el lactante durante menos de 15 seg, sin otras complicaciones” y "procedimiento seguro que presenta mínimos riesgos, incluso para el bebé de un día de vida”.
Para el tratamiento de la anquiloglosia anterior se utiliza la frenotomía simple realizada de forma ambulatoria. El tratamiento de la anquiloglosia posterior es más complejo, habitualmente se realiza en quirófano aunque algunos autores de estudios defienden el tratamiento ambulatorio de los frenillos posteriores de forma ambulatoria.

Varios estudios han demostrado que la frenotomía mejora la percepción de la lactancia materna, la cantidad de leche que los bebés toman y la sensación de dolor de la madre.

Aún así, cada caso ha de valorarse de manera individual y tratarlo de la misma manera, ya que muchos frenillos sublinguales cortos no necesitan frenotomía y se pueden tratar con medidas compensatorias.

Para acabar, os dejo una foto de mi hijo pequeño cuándo era bebé en su postura favorita (a caballito), que fue el causante de mi interés por este tema debido a su anquiloglosia.



Pilar Rúa
Monitora Liga de la Leche León

Fuente: Adeva Quirós C. Anquiloglosia en recién nacidos y lactancia materna. El papel de la enfermera en su identificación y tratamiento. RqR Enfermería Comunitaria (Revista de SEAPA). 2014 May; 2 (2): 21-37
Fotos de frenillos tomadas de: http://albalactanciamaterna.org/lactancia/frenillo-lingual-corto-anquiloglosia/

miércoles, 24 de enero de 2018

Sí se puede dar el pecho cuando hay alergias alimentarias.

Por fin llega el momento en el que todo cobra sentido y estas en la consulta del alergólogo con tu bebé y te confirman que tiene A.P.L.V, o lo que es lo mismo , alergia a la proteína de la leche de vaca( vamos a poner esta de ejemplo porque suele ser la más habitual aunque podría ser cualquiera, huevo, soja, frutos secos…)¿y ahora?
Te recomiendan quitar el pecho y te dan una leche especial de fórmula hidrolizada que a parte de oler fatal sabe a rayos. Ya está; palmadita en la espalda y para casa. Ahí comienza una lucha para dar un biberón que no quiere con una leche que sabe realmente mal a tu bebé…¿Es el fin? Pues claro que no, porque PUEDES  seguir dando el pecho, si es eso lo que tu quieres y decides .
Empecemos por el principio.
No es igual alergia alimentaria que intolerancia alimentaria aunque aún se oye , por desgracia, en las consultas médicas intolerancia a la proteína láctea y alergia a la lactosa. Eso no existe.
Alergia alimentaria  es una respuesta inmune exagerada del organismo cuando entra en contacto con el alérgeno alimentario ("sustancia extraña"). Estas sustancias capaces de provocar una reacción alérgica se conocen como sustancias alergénicas o alérgenos. Se puede identificar mediante análisis de sangre o prick cutáneo.
Intolerancia alimentaria es una reacción adversa del propio metabolismo, sin participación del sistema inmunológico ante la ingestión de un alimento o componente de un alimento. Por desgracia no hay ninguna prueba médica que se pueda realizar más allá del método empírico de ensayo –error. Como esto me siento mal, dejo de comerlo , me siento bien.
También influye en las alergias la sensibilidad de la persona,  hay personas con niveles altos de alergia que a penas tienen síntomas y otras sin embargo a pesar de tener niveles muy bajos, sí demuestran muchos síntomas pudiendo llegar incluso a la anafilaxia( la reacción más grave de una alergia)
Una vez aclarado esto ahora viene la pregunta¿ puedo dar el pecho a mi hijo si tiene una alergia o intolerancia alimentaria? La respuesta es SI  , si es lo que tu quieres hacer.
Es tan sencillo como eliminar de tu dieta el alérgeno , el alimento y sus derivados. Al principio puede parecer difícil, es algo nuevo, unos cambios de hábitos , empezar a leer etiquetas que antes a lo mejor ni habías parado a mirar pero merece la pena  porque con tu leche tu bebe recibe TODO lo que necesita y por supuesto tiene mejor olor y sabor que cualquier fórmula hidrolizada.
Las leches hidrolizadas normalmente les cuesta mucho a los bebes acostumbrarse a ellas)algunos nunca lo logran y si pudierais probar una entenderíais por qué…aunque para las mujeres que no han podido /querido dar el pecho  con un bebé alérgico es su única solución. Muchas veces se intenta “engañar “ a los bebes poniendo stevia, vainilla, canela en la leche,
incluso muchas veces adelantando la introducción de los cereales y aún así el bebé no la acepta; todo esto se traduce en lloros, cabreos , preocupación, desesperación, frustración…
El sacrificio es mínimo comparándolo con los beneficios para tu bebé. Te convertirás en una experta lectora de etiquetas y descubrirás nuevos suplementos alimentarios , nuevos súper alimentos , por ejemplo una cucharada de sésamo contiene muchísima más cantidad de calcio que un vaso entero de leche de vaca.
Debes tener en cuenta también que el cuerpo humano tarda entre 10-12 días en eliminar el alérgeno del  cuerpo.
La medicina va evolucionando y  hace años en cuanto se veía una alergia alimentaria automáticamente se hacía dieta exenta del alérgeno y a esperar, meses, años….y a los 5,6,7 años se podía plantear una introducción paulatina del alérgeno para desensibilizar a la persona. Ahora tiene fuerza la nueva corriente que  anima a que según sale una alergia , cumpliendo unas condiciones, se pone enseguida en pequeñas dosis en contacto con el alérgeno para lograr cuanto antes una desensibilización ( es más en España el año pasado2017 se elaboró la primera guía a nivel mundial sobre la ITO, inmunoterapia oral, lo que antiguamente se hacía al cabo de x años). 
En este aspecto los bebés lactantes tienen ventaja ya que su madre a través de la lactancia materna puede ir poniendo en contacto en pequeñas dosis que pasan  a la leche materna al bebé con el alérgeno, lo comúnmente conocido como trazas del alérgeno, y esto les ayuda a ir desensibilizándose a la vez que obtienen todos los nutrientes , defensas y en general todo lo que necesitan  del pecho. Como comenté antes hay bebés con mucha sensibilidad que la más mínima traza de alérgeno a través de la lactancia de dará síntomas pero hay otros los cuales aún llevando su madre una dieta completamente normal , no tienen ningún síntoma , pero  están en contacto con el alérgeno, desensibilizándose.
Como todos los cambios y evoluciones tardan un poco las mamás pueden encontrarse con el especialista que recomienda dieta exenta o el que anima a la desensibilización., pero la última palabra , la decisión final la tienes TU.
En la Liga de la leche somos madres con una exhaustiva formación, actualizadas y que contamos con nuestras propias experiencias personales, nuestras luchas en situaciones difíciles y madres que han tenido lactancias ideales , madres que decidieron destetes y madres que continúan sus lactancias a lo largo de los años, y si lo necesitas aquí estamos para ayudarte, apoyarte  en tu decisión sea cual sea , pero que sea siempre informada . 
Espero haberos ayudado a las que lo necesitéis en estos momentos y haber aportado un poco de esperanza . 
Un beso a todas.
Eva Miguélez Colinas,  monitora  Liga de La Leche.

MEDICINAS Y LACTANCIA


¿Necesitas destetar al bebé para medicarte? 
¡Casi seguro que no!


Los fármacos rara vez representan un riesgo similar al que conlleva la leche de fórmula. Un sólo biberón de leche de artificial aumenta el riesgo de enfermedades infantiles y de la edad adulta. "Más vale prevenir que curar", y esto casi siempre significa seguir amamantando, no destetar al bebé. He aquí algunas razones para ello:


  • Aunque un fármaco determinado se encuentre en la sangre de la madre en niveles elevados, se hallará muy diluido cuando el bebé lo ingiera a través de la leche, lo digiera y llegue a su sangre.
  • La edad es importante.Algunos fármacos que pueden ser preocupantes en bebés prematuros, no lo son para bebés nacidos a término. Cuanto mayor sea el bebé, menos hay que temer. A algunas mujeres se les aconseja muy erróneamente que desteten a sus hijos a causa de un fármaco que se puede administrar a los bebés y niños pequeños.
  • En caso de duda, esté atenta por si surgen cambios cambios en su bebé, como diarrea o desasosiego.
  • El destete provisional -y la extracción de leche y la alimentación con biberón de un bebé descontento- representa un enorme estrés físico y emocional en un momento ya estresante de por sí.
  • La lactancia no es un grifo que pueda abrirse y cerrarse. Interrumpirla repentinamente puede significar su fin.
  • Más reducción de riesgos: amamantar antes de tomar la dosis, esperar "cinco vidas medias", hallar un fármaco o tratamiento más seguro, o amamantar a tiempo parcial son opciones mucho mejores que el destete provisional.
  • Las empresas farmacéuticas tienden a recomendar el destete para evitar litigios. Los estudios llevados a cabo rara vez apoyan el destete.

-  Para más información consulte el libro Medicamentos y leche materna, de Thomas W. Hale.


-  Visitas web:
  • Medicamentos y lactancia: www.e-lactancia.org
  • LactMedbase de datos de fármacos y lactancia de los Institutos de Salud Estadounidenses, en inglés.

Extraído de las hojas de utilidad de "El Arte Femenino de Amamantar" (LLL-Medici).


martes, 16 de enero de 2018

Sexualidad y Lactancia

De vez en cuando, en el grupo de León y a instancias de las madres, hacemos una charla sobre sexualidad y lactancia.
Muchas veces el tema interesa sobre todo por investigar los métodos anticonceptivos durante esta etapa, aunque detrás suele haber un secreto: a muchas mujeres no les apetece el sexo y no saben si lo que les pasa es normal o no.
Creo que es importante tener claro una cosa: no se puede distinguir sexualidad de lactancia, porque no hay distinción; la lactancia forma parte de la sexualidad femenina, es una etapa más de nuestro ciclo sexual. De hecho, durante una toma se segregan hormonas que también están presentes en las relaciones sexuales de pareja. Y tanto es así, que hay mujeres que confiesan, las más de las veces con mucho pudor y hasta con culpa, que sienten excitación sexual durante las tomas.

Hace unas semanas leía con estupor una entrada en un blog que se supone feminista, donde la autora afirmaba que a quien le pasa esto tiene un problema y ha de hacérselo mirar; una afirmación que sólo denota una profunda ignorancia (y de paso, una total falta de empatía y sororidad) sobre el ciclo sexual femenino y concretamente, sobre el proceso de una toma.
Pero vayamos por partes.
Durante una tetada, aparte de prolactina, la mujer segrega grandes cantidades de oxitocina, que es la hormona encargada de eyectar la leche fuera del pecho. La oxitocina, también llamada hormona del amor, se segrega también durante el parto, siendo la responsable de las contracciones uterinas y del reflejo de eyección del feto; y durante un encuentro sexual, para las mujeres la oxitocina es la responsable de las contracciones del orgasmo y para los hombres es la hormona que causa la eyaculación. Además, durante una tetada una mujer también segrega, de manera paralela y como consecuencia de la oxitocina, grandes cantidades de endorfinas. Queda claro así, que no es tan raro que una mujer sienta placer sexual mientras amamanta, puesto que las hormonas que segrega son las encargadas, percisamente, de proporcionar ese placer sexual.
Ahora bien; si estamos llenas de esas maravillosas hormonas, ¿por qué parece que no tenemos ganas de tener sexo de pareja? Pues precisamente porque estamos llenas de esas hormonas, no necesitamos más. La naturaleza así se encarga de que sólo tengamos ojos para nuestros bebés, brazos para nuestros bebés, porque ellos nos necesitan. Nuestras parejas ya son adultas y se supone que se las pueden arreglar solitas, y que, además, entienden que las necesidades de ese nuevo ser están por encima de las suyas.
De todas formas, es cierto que cuando ese puerperio va desapareciendo y nosotras vamos retomando otras formas de contacto sexual, muchas mujeres se encuentran con que tienen algunas dificultades. A veces los primeros encuentros sexuales no son muy agradables, y eso puede hacer que la mujer madre en los primeros meses posponga el sexo con su pareja.
Volvemos de nuevo a las hormonas que intervienen en la lactancia, pero esta vez sí nos vamos a centrar en la prolactina.
Durante los primeros 180 días tras el parto (unos 6 meses) los niveles de prolactina y de oxitocina son muy altos. La naturaleza se asegura así de que la lactancia se establezca debidamente y que el bebé, que aún no puede tomar otros alimentos que no sean la leche de su madre, tiene una buena cantidad de esa leche. A partir de esos 6 meses, y por una cuestión de economía, la lactancia se hace más "mecánica" y los niveles basales de esas hormonas bajan. Pero mientras la prolactina esté alta las mujeres que amamantan pueden sentir un déficit de lubricación vaginal durante sus relaciones sexuales con penetración. Usar lubricantes químicos y tener presente que hay muy buen sexo que no lleva consigo penetración pueden ayudar mucho.
 Y sobre todo, la paciencia de las parejas, la empatía con sus compañeras, y que dispongan de información adecuada sobre cómo se desarrolla en la mujer esta etapa de su vida, son fundamentales para que todo vuelva a fluir, no como antes eso seguro, pero de manera igual de estupenda.

Raquel García
Monitora del grupo de La Liga de la Leche en León

jueves, 28 de diciembre de 2017

Cuando tu bebé necesita ser operado…

Cuando tu bebé necesita ser operado…

No me centraré en que fue en Nochebuena, ni en que nos tocó salir corriendo hacia Madrid sin saber cuándo podríamos volver, ni en la separación que supuso de nuestros hijos mayores que tan sólo contaban con 3 y 6 años, ni en que por el camino casi nos matamos de puros nervios, ni de que iba, siendo un tercero, con la bolsa rota con dos horas y cuarto de camino por delante, ni tampoco en el dolor y la frustración que se siente cuándo diagnostican a tu bebé en el embarazo una enfermedad, y sientes que ni siquiera en tu útero puedes mantenerlos a salvo…

Hoy mi tercera hija cumple cuatro añitos. Aún recuerdo y me emociono cuándo evoco aquellos momentos de miedo e incertidumbre. Emma, la tercera de mis hijos, vino al mundo luchando y dándonos grandes lecciones de fortaleza y lucha que jamás olvidaremos.

Cuando es el cumpleaños de alguno de mis hijos, les encanta recordar cómo fueron sus nacimientos, cómo fue el parto, cómo fueron esas primeras semanas… vemos fotos, vídeos, contamos las anécdotas y yo me pongo muy ñoña jajaja. Hoy tocaba recordar el nacimiento de Emma, y lo bueno es que sus hermanos recuerdan cosas, así que entre todos hemos recompuesto su historia.

Emma venía con un problema en el intestino que detectaron en el embarazo, y sabíamos que tenía que ser intervenida a las pocas horas de nacer. Nos habían derivado a Madrid, y estábamos más o menos preparados, aunque creo para algo así, nunca terminas de estarlo.


El parto fue natural, respetado y disfrutado (dadas las circunstancias), y sentí que pude estar bastante a mi libre albedrío. Yo tenía muy claro, que los minutos y horas siguientes Emma tendría que pasar por pruebas y separación, así que quisimos darle la mejor bienvenida posible… recuerdo al momento de nacer besarla hasta el agotamiento, porque sabía que a los pocos minutos se la llevarían.




Sabía que no podría alimentarla con mis pechos hasta pasados muchos días, en concreto 20 días hubo hasta que pude ponerla al pecho. Yo lloraba de envidia cuándo veía en la UCI a otras madres amamantando a sus bebés, también enfermos. Mi marido y yo sólo podíamos calmarla haciendo piel con piel; Y así, nos íbamos turnando 8 ocho horas cada uno, mañana, tardes y noches, para poder tenerla de continuo en nuestros brazos.




Yo no podía darle de mamar a Emma, pero quería ayudar a otros bebés que sí podían comer por boca; así que me hice donante de leche en el hospital y desde que Emma nació, empecé a extraerme leche cada dos horas, sin descanso. Por las noches incluso me ponía el despertador, aún puedo recordar el ruido en la quietud de la noche del sacaleches eléctrico…
Acabé dejando al doce de octubre 17 litros de leche para repartir entre los muchos bebés hospitalizados.



Creo que una de las mayores frustraciones que he vivido como madre, es la de sentir que al ponerla al pecho, después de la larga espera, Emma había perdido el instinto de succión. No hacía fuerza y se escapaba el pezón de su boquita… Yo sabía que era cuestión de paciencia, y que lo acabaríamos logrando, mis otros hijos habían mamado durante años, y ella no iba a ser menos.

Una neonatóloga estupenda nos explicó un truco, que supuso que a los dos días Emma empezara a mamar eficazmente. Con una cánula finita pegada a su paladar y mi leche en una jeringuilla esperábamos a que ella hiciera fuerza para subir el émbolo, así fue como empezó a coger fuerza y a mamar activamente…

Cuando tienes problemas en la lactancia, y más aún cuando tu hijo tiene un problema o está hospitalizado, es muy importante el conocimiento y apoyo del servicio sanitario que os tratan a ti o a tu hijo. En esos momentos de flaqueza, de dudas, de preocupación, brindarte de apoyos a tu alrededor e información es fundamental para sentir ese empujoncito de que ¡sí se puede! Para eso también puedes contactar con tu grupo de La Liga más cercano; estamos en 11 comunidades del territorio español; hacemos reuniones mensuales regulares y atendemos consultas por teléfono, por correo y por whatsapp:

Adjunto el tríptico de la Asociación Española de Pediatría que habla sobre la importancia de continuar la lactancia en caso de que tu hijo deba ser hospitalizado:

Además, si tu hijo está hospitalizado sea un bebé lactante o sea un niño de 14 años, no está de más echar un vistazo a la “Carta Europea de los Derechos de las Niñas y Niños Hospitalizados” donde quedan recogidas las leyes que nos amparan y nos protegen.


Y dicho todo esto, me gustaría enviar desde aquí un mensaje de admiración, cariño y fuerza a las familias y niños que tienen que estar hospitalizados. cuándo tenemos la suerte de amamantar a nuestros hijos durante ese proceso, la lactancia nos sirve para consolar y alimentar a nuestros hijos, además está demostrado que reduce el dolor, consuela en tratamientos o terapias; les produce seguridad, incluso en un ambiente que parece un poco hostil (como un entorno hospitalario); además les provee de anticuerpos, calorías y los mantiene hidratados; y para nosotros, como padres y acompañantes, que muchas veces nos sentimos impotentes frente al dolor o la situación de nuestro hijo, nos ofrece la oportunidad de que al menos eso sí está en nuestras manos…

Un abrazo navideño de color y esperanza.

Eva- Monitora de La Liga de La Leche






miércoles, 27 de diciembre de 2017

Tiempo de Navidad

   Estas fechas son especiales, queramos o no, nos resulten más o menos significativas, pues hay un montón de momentos en los que nos reunimos con la familia, los seres queridos, los amigos...

   Surge la oportunidad de hablar con personas a las que vemos con menor frecuencia durante el año. Y también se abren conversaciones en las que invariablemente se habla de todo un poco, también de la lactancia y crianza de nuestr@ hij@.



   En mi caso, este año "tenemos" una embarazada en la familia y todas las que somos madres nos hemos sentido atraídas hacia ella como un imán. También es cierto que ella, que es muy abierta, ha aprovechado para hacer un montón de preguntas, con lo cual hemos pasado ¡horas! charlando animadamente, cada cual desde su propia experiencia y modo de obrar. Independientemente de lo que cada una haya decidido en sus partos y  cómo haya alimentado y criado a su bebé, lo que está claro es que generalmente las madres deseamos brindar apoyo y ofrecer tribu a las que están en trance de ingresar en el club. Es un momento muy significativo para todas, al menos para el grupo que el otro día nos congregábamos.

    No sé si mi cuñada decidirá llevar a cabo algo de lo que oyó allí, pero está claro que se dio cuenta de que estamos deseosas de apoyarla, y que hay tantas formas de vivir la maternidad como mujeres y bebés hay. Creo que percibió que está genial informarse y planificar, pero a menudo la forma en que se presentan los acontecimientos van guiando nuestros pasos y prioridades. De todo ello me quedo con algo que expresó muy bien otra de las presentes: lo importante es no precipitarse en querer resolver las cosas, pues a menudo lo que interpretamos como el principio de un grave problema (que solemos  relacionar con la lactancia) se resuelve con el contacto amoroso con el bebé, observando y obrando sin ansiedad, con serenidad y paciencia. Me pareció muy significativo.

   En mi caso la verdad hablé poco (o menos de lo que hubiera deseado, jijij) y escuché mucho, pero no por humildad sino porque tenía un catarro horroroso, y también porque guardaba un regalo para ella que hablaba mejor que yo: un volumen del pediatra Carlos González  con sus tres best-seller. Y una almohada de embarazo y lactancia para que descanse mejor en estos últimos meses. Dos cosas que me parecieron muy útiles para estos meses previos al nacimiento, y para después también.

   Pensaba en mis propios embarazos, en mis dudas y temores, ilusiones y expectativas. Sobre todo con el primer hijo. Y también pensaba en mis primeras Navidades como madre lactante. Y recordé aquella Nochevieja que tuve que esperar 2 horas y media antes de volver a amamantar a mi hija Jimena, de 3 meses, después de brindar con una copita de champán, para dar tiempo suficiente a eliminar el alcohol de la leche. La verdad es que tomé con humor todos los comentarios que me hicieron mis familiares y no me molestó que les pareciera un inconveniente, pues para mí no lo fue y para mi bebé tampoco porque dio la casualidad de que permaneció dormida ese tiempo.

   Al tener un hijo al que amamantamos, sea cual sea su edad, en estas celebraciones nos exponemos a la observación y a veces al juicio explícito -más o menos positivo, casi siempre no pedido- de los demás. Especialmente a medida que pasan los meses, los años... De pronto podemos encontrarnos con entusiasmados defensores o con comentarios que nos descolocan, por lo desafortunados, críticos... Por eso a veces no es mala idea llevar preparadas unas cuantas respuestas ingeniosas, de esas que a una no se le ocurren en el momento, pero sí después. No obstante si se puede, el sentido del humor y la perspectiva zen puede borrar de un plumazo cualquier nube social. En el modo "Blanca Navidad" de la canción. Y si no hay inspiración en ese momento, un corte seco con mirada incluida y asunto zanjado. La gente entenderá.

   Sea como fuere en estas fechas hay más ocasiones de amamantar en público, y se convierte en un acto más social, más expuesto, y es normal que la gente se fije más en lo que hacemos, cómo lo hacemos...

   Respecto a las bebidas con alcohol y la lactancia: Si estás amamantando y durante las celebraciones deseas tomarte una copita de vino o de champán, intenta amamantar antes de tomar la bebida alcohólica. El alcohol se halla presente en la leche en la misma medida que en la sangre, y el nivel sube y baja del mismo modo.
Tras 2-3 horas tu leche se habrá deshecho del alcohol ingerido y podrás volver a ofrecer el pecho.

   Los bebés no metabolizan el alcohol tan bien como los adultos y cuando hay alcohol en la leche toman menos cantidad de lo habitual. Además el alcohol hace que la leche baje más lentamente (se pone en riesgo la producción de leche y el crecimiento del bebé si se bebe copiosamente y con asiduidad). Una cerveza o una copa de vino ocasional suele ser inofensivo y los efectos disminuyen a medida que el bebé crece.

FUENTE: "Alcohol durante la lactancia", pág 402-403 de "EL ARTE FEMENINO DE AMAMANTAR", La Liga de La Leche Internacional. 2011