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miércoles, 19 de abril de 2023

Barreras y facilitadores de la lactancia materna exclusiva. Charla online de Seila Llorente Pulido. 17 de abril de 2023.

 



    Seila Llorente Pulido es una segoviana afianzada en Tenerife. 
  
  En la isla lleva a cabo su trabajo como matrona mientras sigue investigando para su tesis doctoral dependiente de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM). Sus directoras de tesis, Laura Otero y Estefanía Custodio, son su gran apoyo y empuje. Agradece su  trayectoria actual al acompañamiento dirigido en su investigación.

   Seila Llorente ha publicado dos artículos en International Journal of Environmental Research and Public Health:

-"Barreras y facilitadores de la lactancia materna exclusiva en las esferas biopsicosociales de la mujer según matronas de Atención Primaria en Tenerife".

-"Barreras y facilitadores de la lactancia materna exclusiva en el sistema de salud y las políticas públicas a partir de entrevistas en profundidad a matronas de atención primaria en Tenerife".


    El pasado lunes, Seila nos envolvió en una charla divulgativa de su investigación. Nos habló de cómo estamos en tasas de lactancia, cuáles son las recomendaciones de la OMS y en qué ámbitos se puede actuar para mejorar estas tasas. Y en este camino nos enseñó el objetivo de su investigación cualitativa a través de las matronas de Tenerife.

    Acompañamos a Seila en esta accesible conferencia que nos hizo sentirnos cercanas y dio visibilidad a las barreras y facilitadores nombrando y dando espacio.

      Ahora tienes la oportunidad de ver la grabación de la conferencia.
Y junto al vídeo, te dejamos el enlace al cuestionario de satisfacción de la charla porque tu opinión, ¡CUENTA!

    
¡¡Seila, gracias por tu trabajo que nos aporta evidencia!!




Raquel

La Liga de la Leche CyL en Segovia.

lunes, 8 de febrero de 2021

LA "HORA DE LA ABUELA" U "HORA BRUJA"

 Seguramente el nombre a muchas de vosotras no os suene, pero sí os sea familiar esta situación:

"Mi bebé nació y los primeros días en casa eran los normales tratándose de un bebé recién nacido: pide pecho, dormita, llora, cambio pañal, vuelve a pedir pecho, vuelve  a dormitar..........y de repente a la semana o dos semanas de nacido, llegan las 20-21 de la noche y pelea con el pecho, toma un poco, llora, se aparta, vuelve a tomar, vuelve a llorar, pide, pide, pide, llora, llora, llora.......¡y así puede estar 2 y 3 horas hasta que cae rendido! ¡¡¡SOCORRO!!! ¿Qúe pasa? ¿Qué le pasa a mi leche? Estoy agotada y no entiendo a mi bebé.......seguro que es mi leche, ya no tengo suficiente o no le alimenta"


¿A quién le suena? Creo que el 95% de nosotras hemos pasado por una situación parecida o, quizás, igual.

El caso es que en medio de ese fervor de mamá cansada, bebé alterado.....llega la abuela (u otra persona cómo la pareja que llega de trabajar, un familiar que viene a casa, etc), toda tranquila y dice: "déjame que le coja a ver si le calmo". ¡¡¡¡Y magia!!!! 5 minutos después está dormido en el regazo de la abuela.....y la mamá, agotada ella, piensa: "lo hago fatal" ó "no valgo para ésto" o cualquier improperio hacia nuestra persona.....

Pues yo vengo a decirte que lo que le ocurre a tu bebé es NORMAL, y además, muy FRECUENTE. 

A última hora del día muchos recién nacidos se encuentran agotados (incluso si no ha hecho otra cosa en el día que mamar, dormir y a veces llorar) ya que para un bebé, el hecho de vivir fuera del útero de mamá es agotador. Madurar poco a poco, o no tan poco a poco, sus órganos vitales es agotador. Los estímulos externos (ruidos, imágenes) son agotadores, etc. El bebé se agarra por momentos a lo que le calma: el pecho. Pero aunque la producción materna sea abundante a esta hora del día, el bebé mama y mama y mama....para calmarse. Y cuándo el pecho está constantemente drenándose, el flujo de leche es más lento. Muchos bebés ni siquiera quieren leche, desearían poder volver al útero o dormir. Y es ahí cuándo unas manos tranquilas pueden ayudar, y ¡mucho! Muchas veces el bebé puede tranquilizarse más fácilmente en manos de otra persona que le ofrezca un cambio de escenario y que no huela a leche. En ocasiones este cambio de escenario es todo lo que necesita para dormirse, o tal vez quiera seguir mamando ya más relajado.

Es normal que una mamá esté cansada y lo esté sobre todo a esa hora del día. Tenemos derecho a estar cansadas, y más cuándo estamos viviendo nuestro postparto con lo que ello conlleva (recuperarse física y emocionalmente, y además vivir día a día).

Me gustaría recordarte a ti, mamá que me lees, que la leche que producimos está ahí, sigue en nuestro pecho. Mientras el bebé succione, la leche se produce. Pero en estas ocasiones llegamos a dudar. Y si nosotras no llegamos a dudar, muchas veces habrá gente cercana que nos haga dudar de nuestra capacidad para producir leche debido a los llantos de nuestros bebés. Pero no hay que olvidar que si notamos nuestros pechos "vacíos" (pecho blando constantemente) es porque la leche que continuamente se produce, está en el estómago de nuestros bebés. ¡Qué sabia es la naturaleza! 

¿Y qué podemos hacer mientras nuestro bebé crece y madura? Os doy algunos trucos que han proporcionado muchas mamás:

- ofrecer el pecho siempre (no pasa nada por cambiarle de un pecho al otro y volver al primero cuántas veces necesitemos o más bien necesite nuestro bebé, mientras que éste no lo rechace)

- podéis probar la técnica de compresión mamaria para ayudar al bebé a sacar más leche y proporcionar un poco más de flujo que le relaje

- podéis (o "la abuela") utilizar la sujeción anticólicos (bebé boca abajo apoyado en nuestro antebrazo y mano) mientras mecemos al bebé. 


- mecer al bebé utilizando ruidos blancos (campana de la cocina, aspirador,...), música relajante, etc

- anticiparse al bebé: si vemos que está empezando a intranquilizarse, utilizar lo que nos funcione antes de que llegue al llanto. Muchas veces incluso si nos tumbamos a media tarde con nuestro bebé en la cama para que el bebé duerma un rato al pecho mientras nosotras descansamos, nos encontramos con que el bebé llega más relajado a última hora del día, ¡y nosotras también!

- mucho piel con piel a lo largo del día, y un sitio tranquilo cuándo comienza la hora complicada. Proporcionar a un bebé sus necesidades básicas (pecho, brazos, protección, etc) muy frecuentemente a lo largo del día puede hacer que el bebé esté menos irritable.

Una vez leí que "CONVERTIRSE EN MADRE ES ALGO PARECIDO A APRENDER A NADAR".


Llega un punto en que se respira más hondo, se suelta la mano del bordillo, se empieza a chapotear......y una se da cuenta de que está nadando. En parte se ha aprendido a hacerlo, en parte se debe al esfuerzo realizado, y en parte se trata de CONFIAR EN UNA MISMA*.

Y sobre todo decirte, que ésto pasará con paciencia y tiempo, y que no dudes que eres la mejor madre para tu bebé. El tiempo se encargará de demostrártelo.


Pilar Rúa

Monitora LLL León

*Fragmentos de El Arte Femenino de Amamantar

lunes, 2 de noviembre de 2020

SEPARACIONES Y DIVORCIOS CON BEBÉS Y NIÑOS LACTANTES.

       ¿Qué sucede en una pareja cuando decide separarse? Ojalá tuviéramos la más mínima idea de cómo apoyar cuando estamos fuera de esa relación y son nuestros amigos, nuestros familiares, los que deciden romper su relación. Si además somos implicados directos...uf, la piel se eriza al introducirse en esa vorágine de sentimientos enfrentados.

    ¿Qué sucede cuando esa pareja tiene hijos y además estos son lactantes? ¿Cómo mantener la coherencia entre los derechos y las obligaciones para con nuestros hijos y el corazón en mil pedazos por la separación no solo de nuestra pareja sino de nuestros hijos?

       No hay varitas mágicas, no hay opciones mejores o peores si conseguimos consensuar con el otro cómo vamos a mantener el papel de padres y madres para que nuestros hijos e hijas no sean los grandes perdedores de esta relación rota. 




       Mònica Tornadijo es abogada especialista en derecho laboral y civil y en materia de conciliación familiar y laboral. Además es Monitora de "La Liga de la Leche". Y digo además porque me parece un plus añadido, saber profesionalmente asesorar a una familia y mantener la cercanía y el apoyo cuando hay un niño lactante entre medias.

        Os invitamos a compartir con nosotras su charla que se llevará a cabo el viernes 13 de noviembre a las 17:30 horas a través de SKYPE.

        Vamos a participar de su puesta al día en temas legales, de sentencias que han marcado un antes y un después. Vamos a participar de cómo varía la legislación de unas Comunidades Autónomas a otras. Y sobre todo, vamos a preguntar, a marcharnos sin dudas. A saber qué leyes tenemos a nuestro lado y cómo puede ayudarnos.

       Si has pasado por una situación similar, acude y cuéntanos porque tu experiencia es lo que nos nutre. Si estás pasando ahora ese momento, ven y comparte tus dudas porque esperamos poder darte claridad. Si eres amiga, prima, sobrina de alguien que se está separando, dinos tus inquietudes para buscar cercanía y apoyo. Si nunca has estado en una situación semejante y tienes curiosidad por saber más, te esperamos porque necesitamos personas concienciadas que sean luz.
         
TE ESPERAMOS en este enlace:




Raquel
Monitora de La Liga de la Leche en Segovia.

jueves, 25 de octubre de 2018

Volvemos al trabajo: extracción y conservación de la leche

Es curioso que cuando abordamos el tema de la vuelta al trabajo, lo solemos hacer junto a la introducción de sólidos. Y digo que es curioso, porque al menos en España, lo más frecuente es que nuestro bebé no esté ni de lejos preparado para empezar a comer otra cosa que no sea la leche de su madre. Incluso aquellas afortunadas que pueden juntar todos los permisos y vacaciones se ven casi siempre en la necesidad de adelantar la introducción de la alimentación complementaria muchas veces para evitar sacarse leche.
Con ese panorama, es mucho más lógico hablar de técnicas de extracción y conservación como herramienta para mantener la lactancia cuando debemos volver a nuestro puesto de trabajo.

Una de las preguntas más frecuentes que como monitoras recibimos tanto en los grupos como a través de las vías de contacto que tenemos abiertas, es qué hago si mi bebé parece que no quiere el biberón, cuando tengan que dárselo sí o sí. Creo que lo más importante es tener claro que si hay algo que sabe un bebé es cómo sobrevivir. Incluso aquellos que deciden que no quieren leche a través de otra vía que no sea el pecho de su madre, elaboran estrategias para seguir mamando lo que deben. Son estos niños que se quedan fritos cuando su madre trabaja, y se enganchan al pecho en cuanto ella vuelve, recuperando el tiempo perdido por la noche.
Otros bebés, los más, sólo rechazan biberones y chupetes cuando es su madre quien se los ofrece, pero toman leche sin mayor problema del biberón que le ofrece el cuidador que esté con él o ella mientras su madre falta.



Ahora bien, ¿cómo nos sacamos leche? Primero, hay que tener en cuenta que las primeras veces que sacamos leche con un extractor es fácil que la cantidad que consigamos sea muy pequeña. No hay que desesperarse, porque si has llegado hasta los 3 meses y medio con un bebé sano y feliz, es porque estás produciendo leche suficiente para él o ella. Sólo tienes que acostumbrarte al nuevo medio.
Es muy importante elegir un buen extractor. Como norma general, piensa que si el extractor que tienes delante tiene un nombre que te evoca lactancia artificial es bastante probable que no sea eficaz, y que no te sirva para nada. Elige bien entre las marcas que tienen como negocio principal la lactancia materna; seguro que en tu grupo de madres, otras mujeres trabajadoras te pueden dar pistas sobre los mejores. Ten en cuenta que normalmente los embudos que traen son pequeños, y que es mejor elegir uno más grande. De nuevo, las otras madres seguro que te pueden ayudar.

Vale. Ya tenemos un extractor, y ya sabemos que hay que tener paciencia. Primero, si ya sabes que te vas a incorporar a las 16 semanas, empieza a extraerte antes. Puedes extraerte entre tomas, durante las tomas, o inmediatamente después de las tomas; pero si decides sacarte justo después, ten en cuenta que puede ser que saques menos cantidad ¡Tu bebé se ha llevado su parte! Siempre es mejor extraerse frecuentemente pero durante poco tiempo que hacer extracciones muy largas, que te pueden cansar e incluso lastimar.

Una vez que tenemos esa leche, podemos empezar a guardarla. Si te sacas leche de un día para otro puedes mantenerla en la nevera sin ningún problema. Si te extraes en el trabajo para dárselo al día siguiente, una buena idea es llevar una bolsa nevera con bloque de frío, y mantenerla en un lugar fresco y apartado de la luz, hasta que llegues a casa; una vez en tu cocina, mete la leche inmediatamente en la nevera y ¡hasta el día siguiente! Quien le dé el biberón con tu leche puede sacarla de la nevera una rato antes para atemperarla y dársela a temperatura ambiente, o calentarla al baño maría o en calienta biberón. Pero si opta por calentarla cuidado con las quemaduras. Hay que probar la leche para que no esté demasiado caliente. Y por supuesto, nunca, nunca, calentar la leche en el microondas.

Si vas a estar mucho tiempo fuera de casa, puede que no tengas suficiente con la que te puedas extraer en el trabajo. O puede que hayas podido juntar el permiso de lactancia y a cambio de esos días de más, no puedas extraerte leche. Entonces tienes que empezar a sacarte leche unas semanas antes de incorporarte, y congelarla. En los congeladores que tenemos en casa, los del frigo combi, puedes tener la leche hasta 6 meses.
En caso de congelar leche, debes usar recipientes aptos para uso alimentario. Si son de plástico, tiene que tener en algún lugar este símbolo:
También puedes usar tarros de cristal, correctamente limpios y esterilizados, o las bolsas que algunas casas dedicadas a ello comercializan ya para su almacenamiento.
En cualquier caso, es bueno recordar estas premisas:
1.- Apunta siempre la cantidad de leche y la fecha de extracción y saca los más antiguos que tengan menos de 6 meses
2.- Guarda recipientes con distintas cantidades de leche. Algunos de ellos es mejor que tengan más cantidad y otros menos. Así podrás complementar las tomas de tu bebé aprovechando al máximo todas las cantidades. A la mayoría de las madres les funciona de la siguiente manera: descongelas un recipiente con una buena cantidad (150 ml o similar) y si el bebé se queda con hambre, sacas un recipiente con menos leche (50 ml o similar). Si quiere más, sacas otro pequeño. Descongelar en el momento pequeñas cantidades es mucho más fácil, y si el bebé luego no quiere más no hay que tirar leche.

Hay algunas mujeres cuya leche parece que cambia de aspecto al descongelarse y tiene un olor desagradable que muchas veces el bebé rechaza. Primero, si a ti te ha pasado, tranquila: tu leche no se ha estropeado y en realidad es segura para tu bebé. La leche materna tiene una enzima que se llama Lactasa, que se encarga de comenzar la digestión de la leche antes casi de que llegue al estómago del bebé, y ese mal olor y mal aspecto se deben, precisamente, a que esa enzima se ha activado con la congelación. No les pasa a todas las mujeres, sólo a aquellas que tienen en su leche más lactasa, o cuya lactasa se activa con más facilidad. Para actuar, primero tienes que saber si tú eres una de esas mujeres; una buena forma de hacerlo es antes de empezar a almacenar leche extrayéndote y congelando una pequeña cantidad. Basta con que esté en el congelador un par de días para que si tu leche reacciona activando la lactasa, esto sea evidente. Una vez transcurridos dos días, descongelas la leche y miras a ver. Si huele mal, ya sabes que tienes que actuar antes de congelar. Si no huele mal, tranquila: no va a oler mal nunca, así que puedes congelar directamente la leche que te extraigas.
Si eres de las primeras, aquellas cuya lactasa se activa y comienza a digerir la leche, entonces podrías "pasteurizar" tu leche antes de congelar. Es fácil:

1.- Te extraes la leche normalmente.
2.- Pones la leche en un cazo limpio, y lo llevas al fuego
3.- Cuando la leche empieza a hacer "burbujitas" alrededor del cazo, que entonces estará a unos 70 u 80 grados, quitas el cazo del fuego y lo pones en un bol lleno de hielo, para bajar la temperatura inmediatamente
4.- Cuando la leche esté fría, la congelas normalmente.

Así se desactiva la lactasa.

Bueno, `pues ya estás preparada para la incorporación al trabajo. Pronto tu bebé podrá incorporar otros alimentos a su dieta, y en ese momento empezarás a necesitar cada vez menos hacer uso de tu banco de leche. A partir de ahí, los retos serán otros, pero los abordaremos en otro post.

Raquel García
Monitora de La Liga de la Leche en León

martes, 5 de junio de 2018

"LA AGITACIÓN DEL AMAMANTAMIENTO II"

     

  ✱  Artículo recuperado y publicado por petición popular.


Hilary Flower
Saint Petersburg, FL, USA

Tomado de LEAVEN, volumen 39, número 4, agosto-septiembre 2003


  Es fácil imaginarse que en una madre con experiencia en la lactancia, que ha ayudado a muchas mamás a resolver sus problemas, ya nada afectaría sus experiencias personales con respecto al amamantamiento. Sin embargo hay que estar alertas, el fenómeno de la agitación del amamantamiento puede sucederle a cualquiera. Tener una clara perspectiva de la agitación del amamantamiento puede ayudarte, ya sea para entender a una madre que estás apoyando o a ti misma si vas en dirección hacia amamantar en tándem.


    Lo siguiente es una adaptación de Adventures in Tandem Nursing: Breastfeeding during Pregnancy and Beyond, (Las Aventuras del Doble Amamantamiento) la más reciente publicación de La Liga de la Leche Internacional.

   La agitación del amamantamiento no es divertida, y el embarazo parece ser la etapa específica para que se dé la agitación del amamantamiento (afectando a más de una tercera parte de las mujeres que amamantan durante el embarazo). Algunas mujeres embarazadas pueden decir con exactitud cuál semana sintieron por primera vez la agitación, y a pesar de que varía mucho de madre a madre, parece ser que a mediados del embarazo es cuando se inicia en la mayoría de las personas. Para muchas mujeres la agitación disminuye al final del embarazo, mientras que para otras este parece ser el periodo en que es más intensa.


   De cualquier manera, la agitación puede sucederle también a cualquier mamá que amamanta a un niño mayorcito inclusive sin que exista un nuevo embarazo. Cuando se amamanta embarazada, la agitación parece ser motivada exclusivamente por la succión del niño mayorcito, o puede suceder solamente cuando los dos niños amamantan simultáneamente las mamas que se embarazan mientras están amamantando a dos hermanos no gemelos parece ser que son a las que les sucede con más facilidad. En muchos casos la agitación puede no tener nada que ver, o muy poco con el embarazo o el amamantamiento de hermanos no gemelos.

"El mayor fenómeno con el que me enfrenté fue muy inesperado. Me había preparado para tener sentimientos negativos hacia mi niño mayorcito cuando naciera mi nuevo bebé, pero no sucedió. Los tres tuvimos una maravillosa relación de lactancia. Después cuando mi hijo tenía un año y mi hija como tres, mis sentimientos cambiaron. Amamantar a mi hija se convirtió en una experiencia terrible. Ella todavía tenía mucha necesidad de lactar y yo ya no podía más. Me sentía incómoda, angustiada, y enojada cuando ella estaba en el seno. Mis emociones y reacciones eran primarias y muy fuertes". ---Elisa, New York

    La naturaleza precisa de la agitación varía enormemente de mujer a mujer. Algunas madres describen un sentimiento de irritación.
"Es casi imposible describir lo que se siente; es como si pudieras convertir el sonido de clavos contra un pizarrón, en una sensación física. Algunas veces la agitación me producía ganas de gritar a todo lo que dan mis pulmones, y al mismo tiempo dar de vueltas en un círculo muy pequeño una y otra vez". ---Lisa, California

    Para algunas es más como piel de gallina.
"Lo mejor que puedo hacer es decir que sentía como si tuviera insectos recorriendo todo mi cuerpo, y no me los pudiera sacudir. Comenzaba difícil y molesto, y pronto se hacía intolerable. La gente me preguntaba, “¿Duele mucho?” , y yo pensaba, “ojalá” El dolor lo hubiera podido manejar. Esto iba mucho más allá que el dolor, esto era rarísimo, muy extraño" ---Barbara, Minesota

    Algunas veces es como si tuvieras tu mente en contra de ti, --y el bebé.
"Sentía una urgencia poderosísima de parar de amamantar inmediatamente. Era una reacción visceral, de las entrañas, como una comezón, que me ponía tensa, ansiosa, de malas y agitada. Era muy confuso, porque no sentía dolor, y yo estaba decidida a amamantar a mi hijo tanto tiempo como lo necesitara. El sentimiento sólo venía cuando Jake amamantaba, y pronto desaparecía cuando el terminaba." ---Sarah, Texas

    La severidad de la reacción varía de ligera (“¿Por que ya no disfruto amamantar a mi hijito?” a extrema (“¡Ahhhhhh! ¡Quítenme de aquí a este niño!”). Algunos le llaman repulsión a la lactancia. En ciertas ocasiones, las madres no se dan cuenta de la agitación hasta que el dolor del seno disminuye y el deseo de separarse persiste.

    La agitación del amamantamiento puede venir de nuestras raíces como mamíferos. La agresión maternal no es poco común en el mundo animal durante el tiempo de destete, y es posible que el embarazo haga que nuestros cuerpos piensen que es tiempo de destetar.



"Me sentí como mi perro de la niñez cuando destetó a sus perritos sólo levantándose y caminando cada vez que querían amamantar. El sentimiento que tenía mientras lactaba embarazada sólo se puede describir como “primario” --- era tan instintivo huir de la lactancia que casi no me podía controlar. Sentía una urgencia muy fuerte de levantarla, aventarla y salir corriendo lejos de ella. De ninguna manera estaba preparada para ello y me sentía como la peor madre del planeta. Después de mi experiencia, he hecho una encuesta informal ente mis colíderes y otras mamás de LLL que amamantaron durante el embarazo, y la mayoría experimentaron emociones negativas muy poderosas al amamantar estando embarazadas!. ---Kelly, Georgia

    Las historias de las madres acerca de la agitación nos dejan claro que esta no es un reflejo de la relación de la madre con el hijo y ni siquiera de sus sentimientos acerca de la lactancia. Parece ser una instancia en que la sabiduría del cuerpo y la conciencia personal son muy útiles. ¿Es posible que formas alternativas de acurrucarnos con el niño pudieran ayudar a la relación de la madre con su hijo? ¿Es que la madre está agotada? Se sugiere que trate de alimentarse mejor, descansar más, y que pase más tiempo a solas. Recuérdenle de hacer todo lo que le sea posible para consentirse a sí misma, ¡a nadie le hace daño!  Una madre se dio cuenta de que incluso un pequeño descanso de la lactancia representa una gran diferencia.
"Me di cuenta de que levantarme y caminar durante algunos segundos me ayudaba a recobrar un sentido de paz". ---Helene, Ontario, Canadá

    Encontrarás más ideas prácticas para manejar la agitación del amamantamiento en Adventures in Tandem Nursing, por Hilary Flower.

Hilary Flower amamantó a dos hermanos no gemelos durante 18 meses. Ella vive en Florida con su pareja, Ben, su hija Nora Jade (5) y su hijo Miles (2). Adventures in Tandem Nursing es su primer libro.


Traducciones cortesía de Lucia Stone

Revisión Lavinia Belli

martes, 3 de abril de 2018

Lactancia prolongada


¿Todavía le sigues dando el pecho?


No es infrecuente ver  a un niño que ya anda y demanda “la tetita” de su mamá. Ante lo cual, en ocasiones se oye el comentario:” Con lo mayor que es y sigue enganchado a la teta, si la está usando de chupete…”

Esta mañana sin ir más lejos, tras el fin de semana, mis compañeras y yo comentamos cómo habíamos pasado estos días. Una de ellas había tenido una comida con amigas y sus hijos, y dos de ellas tras la comida se habían puesto a dar el pecho a sus niños, que ya tienen 3 años. (¡Figúrate!). Mis compañeras estaban de acuerdo en que eso era un escándalo, para eso mejor usar un chupete.

Pero es que un chupete no es lo mismo. Tal vez, estas compañeras, con poca experiencia en lactancia materna (sus hijos fueron amamantados casi 4 meses, la que más), deberían haber pedido a estos niños más mayorcitos, que les contasen porqué siguen pidiendo “la tetita” de su mamá.

Existe mucho desconocimiento en relación a la lactancia de niños “mayorcitos”.

Los beneficios de la lactancia materna son innumerables, tanto para los niños como para las madres:

Ø  La leche materna no pierde sus propiedades con el paso del tiempo, resultando un alimento completo y de mayor calidad que la leche de fórmula o de vaca.
Ø  Los beneficios inmunológicos de la leche materna persisten en el tiempo, suponiendo una menor incidencia de infecciones que en otros niños no amamantados.
Ø  La lactancia continuada favorece el desarrollo normal de la mandíbula y la expansión del paladar.
Ø  Los niños pequeños carecen de sistemas digestivos maduros. La lactancia les mantiene bien alimentados mientras continúa la transición hacia los alimentos sólidos, y les mantiene bien alimentados en caso de enfermedad.
Ø  Las tomas son el momento de reconexión con el niño activo. Esto puede ser especialmente útil si la madre trabaja
Ø  Facilita el momento de acostar al niño.
Ø  Es la continuación de una relación que ningún oso de peluche ni mantita puede sustituir.
Ø  La mamá tiene menos riesgo de diabetes tipo(2), cáncer de mama, cáncer de ovario, hipertensión e infarto de miocardio.

Una vez que tenemos la información precisa,cada familia en función de sus necesidades optará por la decisión que crea conveniente, y sea cual sea ésta debería ser respetada.

La asistencia a un grupo de apoyo a la lactancia y la relación con otras madres lactantes de niños mayores con las que compartir experiencias puede ser muy importante a la hora de fortalecer la decisión de amamantar por encima de una  edad:


INFORMACIÓN EXTRAÍDA DE:

ü  "EL ARTE FEMENINO DE AMAMANTAR", 
LA LIGA DE LA LECHE INTERNACIONAL, 
8ª Edición, 2011
ü  Documento de lactancia materna en niños mayores o “prolongada” del Comité de lactancia materna de la Asociación Española de Pediatría.


Mª Ángeles.
Monitora de la Liga de la Leche de Castilla y León.

martes, 27 de febrero de 2018

Congestión Mamaria: cuando los pechos ¡duelen!


   



     Una experiencia personal:

    Recuerdo que la congestión fue para mí una desagradable sorpresa. A pesar de haber asistido a clases de preparación al parto, desconocía por completo qué me estaba ocurriendo, por qué mis pechos parecían balones de rugby, se sentían duros como piedras y dolían con sólo mirarlos. Notaba bultos también dolorosos bajo las axilas. La ropa, el sujetador, eran un tormento sobre la piel enrojecida, caliente y tirante. Mis pezones estaban totalmente planos a causa de la  hinchazón. Y lo peor ¡mi bebé no se podía agarrar para mamar! Creí que eso era consecuencia de mi impericia como mamá novata, que era lo que suele ocurrir cuando nos baja la leche, incluso creía que esa hinchazón exagerada parecía explicarse por la excesiva producción:  mi madre me consolaba diciendo que lo que ocurría es que yo tenía mucha leche..., nadie me previno ni me pudo explicar cómo aliviarlo.
 "La congestión de las mamas consiste en realidad en la acumulación de demasiado líquido en el pecho. La primera semana tras el parto es una combinación de leche y una circulación incrementada. Las mamas congestionadas se notan pesadas, llenas, dolorosas y calientes al tacto. Cuando están demasiado llenas el agarre del bebé puede resultar complicado. Sin un buen lactante u otro recurso para extraer la leche con frecuencia y eficacia, la pesadez y el calor pueden aumentar, y entonces las mamas, prietas y brillantes, estarán demasiado congestionadas para  que la leche fluya, de la misma manera que un resfriado puede taponar la nariz hasta el punto de no poder sonarse".  
  "¿Nota bultos en las axilas? Se trata de tejido glandular que ni sabía que tenía. Unas veces está conectado con el resto del pecho y se vacía con él; y otras veces, no halla salida. Aunque no se vacíe, poco a poco remitirán los abultamientos y no volverá a notarlos" 
EL ARTE FEMENINO DE AMAMANTAR, LIGA DE LA LECHE INTERNACIONAL, 2011

    Corría el año 1998 y mi bebé recién nacido estaba ingresado en observación por complicaciones durante un parto inducido. Desde el momento de nacer estuvimos separados, él en la planta de neonatos y yo en la de obstetricia. En aquel tiempo yo no sabía nada de lactancia, de la necesidad de amamantar pronto o de extraer con frecuencia de ambos pechos - cuando no es posible la lactancia directa-, y mi entorno (profesional y familiar) tampoco me supo ayudar.

     Muchas horas después de dar a luz a mi madre se le ocurrió traerme un extractor de pera, tipo bocina, por entonces ya desaconsejados, con la mejor intención pues es el que ella había usado en sus crianzas. Con él empecé a sacarme el calostro y la primera leche y se lo llevaba a Diego al lactario a la hora de visita. Cuando iba a ver a mi hijo a la planta de neonatos, le tomaba con emoción y temor de brazos de la enfermera y le acercaba al pecho, pero él lloraba y rechazaba mamar con todas sus fuerzas. Se había acostumbrado a los chupetes con tetinas de caucho grandes que entonces daban allí y yo no tenía pezón ni areola donde agarrar, ni disponía de suficiente tiempo para intentarlo. Alguna buena enfermera intentó ayudarnos extrayendo unas gotas sobre el pezón y forzando al niño a abrir la boca contra el pecho, convencida de ser la manera idónea, pero claro, no funcionó. Ellas me decían que mis pechos estaban impracticables, y era verdad.  

     Decidí que el ratito de ver a mi hijo en el lactario no podía ser siempre un momento tan frustrante para ambos... Así que empecé a extraerme con mayor empeño mi leche para dársela en biberón. Éso me permitía hacer algo bueno y útil por él. Me sacaba leche con la que llenaba dos biberones grandes, pero dos veces al día. Sin saberlo, estaba empeorando la congestión y preparando un problemón aún mayor con esa pauta de extracción. (Mucha leche y muy distanciada, en vez de "poca" pero frecuente).

 "Entre los primeros tres a cinco días posparto se desencadena la producción de leche. La circulación de la sangre hacia las mamas aumenta para poner en funcionamiento la "fábrica de leche". El flujo linfático aumenta para eliminar productos de desecho (...). Si le han administrado goteo intravenoso durante el parto, parte del que ha entrado en el organismo también se dirigirá a las mamas. El papel del bebé consiste en estimular la circulación de los líquidos y mamar con frecuencia. Mientras la leche se extraiga con frecuencia y eficacia, es improbable que la madre note nada más que cierta pesadez y calor, aunque ocasionalmente la congestión llega a pesar de los esfuerzos de un lactante eficaz." EL ARTE FEMENINO DE AMAMANTAR, LIGA DE LA LECHE INTERNACIONAL, 2011

    A los cuatro días comencé a mostrar síntomas de mastitis aguda, justo cuando me dieron el alta. Mi bebé se quedó ingresado 17 días más por una infección que cogió a través de un catéter. Yo me fui a casa, con 40º de fiebre, antibióticos y unas pastillas para cortarme la leche, pues me aconsejaron desistir de empeñarme en amamantar con aquella ingurgitación y con un bebé ingresado que no mamaba.  Es posible que ahora que hay mayor información  ésto no sea lo más habitual, pero entonces  sí. Pienso que obraron convencidos de quitarme un gran problema de encima. Y yo creía que ellos, los profesionales,  sabían mejor que yo lo que nos convenía a Diego y a mí en cuanto al curso de la lactancia; pensé que todo estaba perdido y lo acepté con pena y resignación.

    Durante varios días me apliqué hielo y me saqué leche para que se la llevara mi marido al niño, hasta que desistí y tiré la toalla.  Cada vez salía menos leche. Me aconsejaron no extraer más. Tuve abcesos en ambos pechos y una tarde me hice una quemadura en un pecho al dormirme con la compresa de hielo encima. Yo era muy joven y ¡no entendía nada de lo que estaba ocurriendo!, me parecía todo una pesadilla. Mi pena por mi hijo enfermo y por estar separado de mí, por no poder alimentarle, cuidarle y tenerle conmigo era lo suficientemente grande como para no pensar en nada más. Pero dentro de mí quedó esa espinita de la experiencia de lactancia frustrada, el dolor de la congestión extrema y la impotencia. Una espinita que me llevó a contactar con la Liga de La Leche tres años después, en mi segundo embarazo. Indagué y al cabo de un tiempo supe qué es lo que había propiciado la mastitis y cómo lo podía haber evitado. Entendí mejor lo que había ocurrido. ¡Ojalá lo hubiese sabido! Para evitar la congestión ¡¡realmente la información es poder!!

 "Durante el parto evite el goteo intravenoso que puede aumentar significativamente la congestión. Después del parto (y en cualquier momento durante la lactancia), extraerse la leche de las mamas es esencial para que también disminuya la presencia del resto de líquidos. No empeorará la congestión ni fomentará la producción de un exceso de leche. Cuando las mamas quedan completamente blandas, la congestión no suele reproducirse".
"Es importante aliviar la congestión enseguida para evitar complicaciones al acumularse más leche. Como una nariz congestionada, cuanto más lleno esté el pecho más difícil resultará vaciarlo. Una congestión extrema puede dañar la producción de leche".
EL ARTE FEMENINO DE AMAMANTAR, LIGA DE LA LECHE INTERNACIONAL, 2011



    Con mis siguientes bebés no tuve que vivir más esa congestión extrema. Yo estaba alerta a los síntomas (un bulto doloroso, una zona enrojecida, una tirantez... y corría presta a amamantar más veces, o a extraerme un poco de leche tras la toma o entre tomas). Ambos partos fueron naturales y espontáneos, apenas recibí goteo y además estuvimos juntas desde el primer minuto. La congestión de la primera semana fue significativamente menor, mucho más breve y manejable, y no desembocó en  mastitis. Otra cosa fueron los conductos obstruídos, que también se pueden evitar o aliviar si se está atenta a los signos. Pero si os parece bien, de ello hablaremos otro día.


                ¡LA CONGESTIÓN NO ES SÓLO COSA DEL INICIO DE LA LACTANCIA!

    Aunque es normal notar  congestión al inicio de la lactancia   también se puede padecer cuando la lactancia ya está instaurada, algo que muchas veces nos pilla totalmente desprevenidas, por ejemplo en momentos en que el "bebé" -refiriéndome tanto a un/a pequeñ@ de meses como a un/a niñ@ de algunos años- cambia de pautas al mamar durante el día o durante la noche. O cuando nos separamos varias horas, por ejemplo al principio de volver a la rutina laboral.

"La congestión también puede aparecer cuando el bebé de repente duerme toda la noche o pasa varios días estimulando la producción de leche para satisfacer sus necesidades durante un tirón del crecimiento y luego pasa el día dormitando tranquilamente mientras usted se queda con "el botín" a bordo -o cuando pasa un tiempo inesperadamente largo entre tomas-. Pero en tales casos, solo se trata de leche, y es fácil aliviar la congestión con una toma". EL ARTE FEMENINO DE AMAMANTAR, LIGA DE LA LECHE INTERNACIONAL, 2011

     En ocasiones la congestión se puede convertir en un problema después del parto. Si es tu caso, lee algunas de estas ideas que desgranamos a continuación. Esperamos que algunas de ellas te puedan ser útiles:
  • Tener al bebé junto a nosotras, empezando a amamantar lo antes posible tras el parto, y por tanto tiempo y frecuencia como nos pida.
  • Si nuestras mamas están demasiado tensas para permitir un buen agarre, es interesante recurrir a la técnica de "presión inversa suavizante" para ablandarlas, que sirve para empujar los líquidos lejos de la zona de la areola y conseguir una zona de anclaje para que el bebé se pueda agarrar y extraer leche. Es una técnica que conviene realizar cada hora aproximadamente. Dejo enlazado un video que la explica de manera práctica, pues en estos casos una imagen vale más que mil palabras. El ssiguiente vídeo educativo de la Universidad de La Laguna (ULLmedia)  explica la técnica en detalle.
  • Si nuestro bebé no puede mamar ni aún aplicando esta técnica, la extracción frecuente, manual o con sacaleches -siempre lenta y suave- puede resultar de ayuda (a demasiada velocidad atraerá más líquido a la areola, complicando el problema). 
  • El movimiento de los pechos puede favorecer el drenaje linfático: masajeándolos suavemente, elevándolos y moviéndolos con cuidado, como si los sopesáramos.
  •  El tumbarse boca arriba al descansar hace que la gravedad  favorezca el drenaje de líquidos.
  •  Como la congestión es en parte una inflamación, podemos pedir a nuestro médico un antiinflamatorio compatible con la lactancia (casi todos los que se expiden sin receta lo son). Se puede consultar la compatibilidad en este recurso:  http://www.e-lactancia.org/
  •  La col verde puede ayudar a reducir la inflamación: con algunas hojas interiores (mejor desechamos las externas), a las que retiraremos el nervio central, y aplicaremos sobre el pecho, evitando el pezón, para no dar un sabor que moleste al bebé.
  •  Se puede aplicar frío para la inflamación: envolviendo una bolsa de guisantes congelados en una toalla pequeña, usándola como una compresa fría, alternando unos 20 minutos de aplicación con 20 de descanso, todo el tiempo que veamos necesario.
  •  Si nos apetece una ducha caliente, es mejor dejar correr el agua sobre la espalda, no sobre el pecho.
  •  Y si la congestión se repite, debemos intentar extraer toda la leche posible de ambas mamas para conseguir "vaciarlas".

INFORMACIÓN EXTRAÍDA DE "EL ARTE FEMENINO DE AMAMANTAR", 
LA LIGA DE LA LECHE INTERNACIONAL, 
8ª Edición, 2011

    Si deseas saber más sobre este tema o sobre otra situación que se dé en la lactancia, no dudes en hacernos llegar tu comentario a través de nuestro blog, en esta misma entrada, o, si lo prefieres  ponte en contacto con una monitora acreditada de la Liga de La Leche cercana a tu localidad: 

Ana Isabel Barriga Martín
Monitora de la Liga de La Leche
Liga de La Leche de Castilla y León
Valladolid





martes, 16 de enero de 2018

Sexualidad y Lactancia

De vez en cuando, en el grupo de León y a instancias de las madres, hacemos una charla sobre sexualidad y lactancia.
Muchas veces el tema interesa sobre todo por investigar los métodos anticonceptivos durante esta etapa, aunque detrás suele haber un secreto: a muchas mujeres no les apetece el sexo y no saben si lo que les pasa es normal o no.
Creo que es importante tener claro una cosa: no se puede distinguir sexualidad de lactancia, porque no hay distinción; la lactancia forma parte de la sexualidad femenina, es una etapa más de nuestro ciclo sexual. De hecho, durante una toma se segregan hormonas que también están presentes en las relaciones sexuales de pareja. Y tanto es así, que hay mujeres que confiesan, las más de las veces con mucho pudor y hasta con culpa, que sienten excitación sexual durante las tomas.

Hace unas semanas leía con estupor una entrada en un blog que se supone feminista, donde la autora afirmaba que a quien le pasa esto tiene un problema y ha de hacérselo mirar; una afirmación que sólo denota una profunda ignorancia (y de paso, una total falta de empatía y sororidad) sobre el ciclo sexual femenino y concretamente, sobre el proceso de una toma.
Pero vayamos por partes.
Durante una tetada, aparte de prolactina, la mujer segrega grandes cantidades de oxitocina, que es la hormona encargada de eyectar la leche fuera del pecho. La oxitocina, también llamada hormona del amor, se segrega también durante el parto, siendo la responsable de las contracciones uterinas y del reflejo de eyección del feto; y durante un encuentro sexual, para las mujeres la oxitocina es la responsable de las contracciones del orgasmo y para los hombres es la hormona que causa la eyaculación. Además, durante una tetada una mujer también segrega, de manera paralela y como consecuencia de la oxitocina, grandes cantidades de endorfinas. Queda claro así, que no es tan raro que una mujer sienta placer sexual mientras amamanta, puesto que las hormonas que segrega son las encargadas, percisamente, de proporcionar ese placer sexual.
Ahora bien; si estamos llenas de esas maravillosas hormonas, ¿por qué parece que no tenemos ganas de tener sexo de pareja? Pues precisamente porque estamos llenas de esas hormonas, no necesitamos más. La naturaleza así se encarga de que sólo tengamos ojos para nuestros bebés, brazos para nuestros bebés, porque ellos nos necesitan. Nuestras parejas ya son adultas y se supone que se las pueden arreglar solitas, y que, además, entienden que las necesidades de ese nuevo ser están por encima de las suyas.
De todas formas, es cierto que cuando ese puerperio va desapareciendo y nosotras vamos retomando otras formas de contacto sexual, muchas mujeres se encuentran con que tienen algunas dificultades. A veces los primeros encuentros sexuales no son muy agradables, y eso puede hacer que la mujer madre en los primeros meses posponga el sexo con su pareja.
Volvemos de nuevo a las hormonas que intervienen en la lactancia, pero esta vez sí nos vamos a centrar en la prolactina.
Durante los primeros 180 días tras el parto (unos 6 meses) los niveles de prolactina y de oxitocina son muy altos. La naturaleza se asegura así de que la lactancia se establezca debidamente y que el bebé, que aún no puede tomar otros alimentos que no sean la leche de su madre, tiene una buena cantidad de esa leche. A partir de esos 6 meses, y por una cuestión de economía, la lactancia se hace más "mecánica" y los niveles basales de esas hormonas bajan. Pero mientras la prolactina esté alta las mujeres que amamantan pueden sentir un déficit de lubricación vaginal durante sus relaciones sexuales con penetración. Usar lubricantes químicos y tener presente que hay muy buen sexo que no lleva consigo penetración pueden ayudar mucho.
 Y sobre todo, la paciencia de las parejas, la empatía con sus compañeras, y que dispongan de información adecuada sobre cómo se desarrolla en la mujer esta etapa de su vida, son fundamentales para que todo vuelva a fluir, no como antes eso seguro, pero de manera igual de estupenda.

Raquel García
Monitora del grupo de La Liga de la Leche en León

jueves, 28 de diciembre de 2017

Cuando tu bebé necesita ser operado…

Cuando tu bebé necesita ser operado…

No me centraré en que fue en Nochebuena, ni en que nos tocó salir corriendo hacia Madrid sin saber cuándo podríamos volver, ni en la separación que supuso de nuestros hijos mayores que tan sólo contaban con 3 y 6 años, ni en que por el camino casi nos matamos de puros nervios, ni de que iba, siendo un tercero, con la bolsa rota con dos horas y cuarto de camino por delante, ni tampoco en el dolor y la frustración que se siente cuándo diagnostican a tu bebé en el embarazo una enfermedad, y sientes que ni siquiera en tu útero puedes mantenerlos a salvo…

Hoy mi tercera hija cumple cuatro añitos. Aún recuerdo y me emociono cuándo evoco aquellos momentos de miedo e incertidumbre. Emma, la tercera de mis hijos, vino al mundo luchando y dándonos grandes lecciones de fortaleza y lucha que jamás olvidaremos.

Cuando es el cumpleaños de alguno de mis hijos, les encanta recordar cómo fueron sus nacimientos, cómo fue el parto, cómo fueron esas primeras semanas… vemos fotos, vídeos, contamos las anécdotas y yo me pongo muy ñoña jajaja. Hoy tocaba recordar el nacimiento de Emma, y lo bueno es que sus hermanos recuerdan cosas, así que entre todos hemos recompuesto su historia.

Emma venía con un problema en el intestino que detectaron en el embarazo, y sabíamos que tenía que ser intervenida a las pocas horas de nacer. Nos habían derivado a Madrid, y estábamos más o menos preparados, aunque creo para algo así, nunca terminas de estarlo.


El parto fue natural, respetado y disfrutado (dadas las circunstancias), y sentí que pude estar bastante a mi libre albedrío. Yo tenía muy claro, que los minutos y horas siguientes Emma tendría que pasar por pruebas y separación, así que quisimos darle la mejor bienvenida posible… recuerdo al momento de nacer besarla hasta el agotamiento, porque sabía que a los pocos minutos se la llevarían.




Sabía que no podría alimentarla con mis pechos hasta pasados muchos días, en concreto 20 días hubo hasta que pude ponerla al pecho. Yo lloraba de envidia cuándo veía en la UCI a otras madres amamantando a sus bebés, también enfermos. Mi marido y yo sólo podíamos calmarla haciendo piel con piel; Y así, nos íbamos turnando 8 ocho horas cada uno, mañana, tardes y noches, para poder tenerla de continuo en nuestros brazos.




Yo no podía darle de mamar a Emma, pero quería ayudar a otros bebés que sí podían comer por boca; así que me hice donante de leche en el hospital y desde que Emma nació, empecé a extraerme leche cada dos horas, sin descanso. Por las noches incluso me ponía el despertador, aún puedo recordar el ruido en la quietud de la noche del sacaleches eléctrico…
Acabé dejando al doce de octubre 17 litros de leche para repartir entre los muchos bebés hospitalizados.



Creo que una de las mayores frustraciones que he vivido como madre, es la de sentir que al ponerla al pecho, después de la larga espera, Emma había perdido el instinto de succión. No hacía fuerza y se escapaba el pezón de su boquita… Yo sabía que era cuestión de paciencia, y que lo acabaríamos logrando, mis otros hijos habían mamado durante años, y ella no iba a ser menos.

Una neonatóloga estupenda nos explicó un truco, que supuso que a los dos días Emma empezara a mamar eficazmente. Con una cánula finita pegada a su paladar y mi leche en una jeringuilla esperábamos a que ella hiciera fuerza para subir el émbolo, así fue como empezó a coger fuerza y a mamar activamente…

Cuando tienes problemas en la lactancia, y más aún cuando tu hijo tiene un problema o está hospitalizado, es muy importante el conocimiento y apoyo del servicio sanitario que os tratan a ti o a tu hijo. En esos momentos de flaqueza, de dudas, de preocupación, brindarte de apoyos a tu alrededor e información es fundamental para sentir ese empujoncito de que ¡sí se puede! Para eso también puedes contactar con tu grupo de La Liga más cercano; estamos en 11 comunidades del territorio español; hacemos reuniones mensuales regulares y atendemos consultas por teléfono, por correo y por whatsapp:

Adjunto el tríptico de la Asociación Española de Pediatría que habla sobre la importancia de continuar la lactancia en caso de que tu hijo deba ser hospitalizado:

Además, si tu hijo está hospitalizado sea un bebé lactante o sea un niño de 14 años, no está de más echar un vistazo a la “Carta Europea de los Derechos de las Niñas y Niños Hospitalizados” donde quedan recogidas las leyes que nos amparan y nos protegen.


Y dicho todo esto, me gustaría enviar desde aquí un mensaje de admiración, cariño y fuerza a las familias y niños que tienen que estar hospitalizados. cuándo tenemos la suerte de amamantar a nuestros hijos durante ese proceso, la lactancia nos sirve para consolar y alimentar a nuestros hijos, además está demostrado que reduce el dolor, consuela en tratamientos o terapias; les produce seguridad, incluso en un ambiente que parece un poco hostil (como un entorno hospitalario); además les provee de anticuerpos, calorías y los mantiene hidratados; y para nosotros, como padres y acompañantes, que muchas veces nos sentimos impotentes frente al dolor o la situación de nuestro hijo, nos ofrece la oportunidad de que al menos eso sí está en nuestras manos…

Un abrazo navideño de color y esperanza.

Eva- Monitora de La Liga de La Leche