sábado, 19 de agosto de 2017

INTERPRETAR LOS PERCENTILES


Tras el nacimiento de nuestro hijo, uno de los parámetros en los que nos fijamos tanto sus padres como su pediatra y/o enfermera es en la ganancia de peso. Esta ganancia nos da una idea del modo en el que se está alimentando nuestro bebé, así como de su estado general de salud, entre otras cosas. No es de extrañar por tanto, que esta ganancia sea motivo de preocupación para los padres, y en ocasiones de desvelos, a veces por nuestra propia y natural obligación de preocuparnos por el bienestar de nuestros, hijos, pero en otras simplemente porque nuestros hijos no se ajustan a un patrón de crecimiento que parece ser que es el alfa y omega de la salud del bebé:

¿Y qué son exactamente los percentiles?  Pues los percentiles no son ni más ni menos (ni menos ni más) que una medida estadística de unos datos que, en el caso que nos ocupa,  se dibujan en un papel.

¿Y cuáles son esos datos y cómo se manejan?

Como las cosas se entienden mucho mejor con un ejemplo, vamos a ello.

Imaginad que tenemos 100 niños sanos y normales nacidos a término. Imaginad también que cogemos a esos cien niños sanos y normales y el día que nacen los pesamos.  Ahora cogemos cada uno de esos pesos, los ordenamos de menor a mayor. El percentil es la medida que señala la posición de cada uno de esos niños según su peso. Es decir, el niño que pesa menos ocupa la posición 1 (o percentil 1), el siguiente la posición 2 (o percentil 2), el siguiente la 3.... así sucesivamente, hasta llegar al niño que más pesa que está en la posición o percentil 100.  Los percentiles surgen pues de ordenar a los bebés según su peso, desde el de menor peso al de mayor peso.

En realidad los percentiles no surgen de pesar sólamente a 100 bebés. Realmente se pesan muchísimos más, ya que para obtener unas gráficas fiables, la muestra debe ser representativa, y eso sólo se consigue aumentando el número de datos y "traduciéndolos" a 100.

¿Y qué pasa con el percentil 50? pues simplemente que marca la mitad, pero nada más. Es imposible que todos los niños estén por encima del percentil 50, porque de cada 100 niños siempre 49 van a estar por debajo de este peso, uno justo justo en él, y otros 50 estarán por encima.  Si no es así, es que las estadísticas están mal hechas.

Otros percentiles que se toman como referencia son el 3 y el  97. Se considera que los que están por debajo del 3 o por encima del 97 hay que prestarles un poquito más de atención para cerciorarse de que todo va bien, nada más. Por supuesto que siempre habrá niños sanos y normales los percentiles 1, 2 ,3 ,98 ,99  y 100, incluso por debajo y por encima de estos percentiles. Simplemente estos niños son más pequeñitos o más grandotes.


Si continuamos pesando a cada uno de esos 100 niños cada mes, obtendremos unos datos (percentiles) a través del tiempo, que dibujaremos en una gráfica dando lugar a las curvas de crecimento.
¿Significa esto que un niño que haya nacido en el percentil 20 tenga que mantenerse siempre en este percentil?  Por supuesto que no. Las curvas simplemente son herramientas para detectar cambios en el niño que sea importante valorar. Por ejemplo, si un niño permanece habitualmente entre los percentiles 75/90 y de repente cae al 3, es posible que su pediatra decida indagar las causas, nada más.

No sólo se manejan percentiles de peso, sino de otros datos como la estatura y el perímetro craneal. ¿Y qué pasa si un bebé está en el percentil 75 de estatura y en el 25 de peso? pues absolutamente nada. En los bebés como en los adultos, hay distintas morfologías, y es perfectamente normal que un bebé que es muy delgadito, sea de alta estatura. Además de manejarse percentiles de diferentes medidas, como el peso y la estatura, se diferencia también entre niños y niñas. También hay gráficas específicas para bebés prematuros y grandes prematuros, porque estos bebés tienen un ritmo de crecimiento diferente a los bebés nacidos a término y lógicamente no suelen partir de los mismos valores de inicio.

Otra cosa muy importante, hay gráficas diferentes para bebés amamantados que para bebés alimentados a biberón, porque el ritmo de crecimiento no suele coincidir. Basta decir que la leche materna es un alimento que cambia no sólo a lo largo de la toma y del día, sino a lo largo de la lactancia. No es lo mismo el calostro, que la leche del primer mes, que la del quinto mes de vida, por lo que el ritmo de aumento de peso que tiene lugar en los bebés tampoco es el mismo.  Por este motivo es muy importante que nuestro pediatra utilice las gráficas que correspondan según la alimentación de nuestro bebé, así es posible en un momento dado, nos ahorremos muchos disgustos y algunas presiones.

Si quieres tener a mano la tabla de percentiles según las OMS (la que corresponde a los bebés amamantados),  tienes una práctica calculadora  aquí.


Como conclusión: los percentiles no son más que una medida estadística. Se puede estar bajo de hierro, de glucosa, de plaquetas, o simplemente ser bajo, pero no se puede estar bajo de percentil. Tampoco es posible que todos los bebés estén por encima del percentil 50. Cada niño se sitúa en un percentil, y no es más normal el que está en el percentil 95 que el que está en el 10, simplemente uno es más grande que otro.

Ya para finalizar, el aumento de peso es un valor a tener muy en cuenta dentro del crecimiento de nuestro hijo, pero los percentiles son un dato más, no el único para valorar este crecimiento. Si un bebé moja pañales, está contento, alerta, tiene buen color, coge peso y no tiene ningún problema,  pero está en el percentil 3, simplemente es un bebé sano que está entre los pequeños de su edad, nada más.




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