Creo que todas hemos pasado por esa duda: ¿cuándo acudir a
mi primera reunión?
Cuando yo di a luz mi primera hija hace 8 años y consideraba
que casi todo me iba mal en nuestra “casi lactancia” (hacíamos lactancia mixta a
mi pesar desde sus primeras horas de vida) alguien me sugirió: “¿por qué no
llamas a una monitora de la liga de la leche o te acercas a sus reuniones?
Ellas te apoyarán y te ayudarán cómo puedan…..”. En ese momento me quedé
pensativa. Ni había oído hablar de LLL ni me apetecía que unas desconocidas me
diesen consejos, ya tenía bastante con familia, amigos…..cómo para permitir que
unas desconocidas entrasen en mi vida. Mi lactancia se fue cómo vino:
rápidamente y sin yo desearlo.
Embarazada de mi segundo hijo 3 años más tarde me vino a la
cabeza aquel comentario y comencé a preguntarme: ¿podré ir embarazada? ¿De qué
manera me van a ayudar si aún no tengo a mi bebé en brazos? Aún así me podía la
curiosidad y embarazada de 5 meses pensé que mejor ahora que no estaba en mis “horas
bajas de recién madre puérpera”. Así que acudí a mi primera reunión.
¿Y qué puedo decir? Fue fascinante. Escuchaba y observaba a
esas dos monitoras, dos grandes mujeres, apoyando, escuchando y empatizando con
aquellas madres que lo necesitaban: madres con bebés recién nacidos en sus
brazos, madres con bebés gateando y que de repente se daban la vuelta e iban
sin pausa a agarrase al pecho de su madre, madres que comentaban que se sentían
cómo un “bicho raro” en su entorno porque su niño de 2-3 años mamaba y venían a
las reuniones para encontrar el apoyo que no encontraban en su círculo diario……..
Había también 3 padres de bebés y recuerdo que me sorprendió. Casi todo el
mundo piensa que la lactancia es “cosa de mujeres” y ahí estaban esos padres,
apoyando a sus parejas y a sus bebés. Me encantó.
Me sentí bien, me sentí a gusto, y sentí que todos éramos
diferentes pero que encajábamos en aquella sala. Unas familias acudían como yo a su primera reunión, y otras familias eran ya "veteranas".
Y volví un mes tras otro, y un año tras otro. Las reuniones
de La Liga de la Leche me ayudaron a alcanzar mi deseo: dar pecho a mi hijo
pequeño y demostrar a mi entorno y a mí misma lo contrario que creíamos hacía 3
años, y que era que yo “no tenía leche suficiente”. Enseguida supe que lo que no
tuve fue “apoyo suficiente”, y este apoyo sí lo encontré en las reuniones de
LLL.
Y tú, ¿te atreves a ir a tu primera reunión?
Y si lo has hecho, ¿nos quieres contar cómo ha sido tu experiencia?
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