martes, 22 de agosto de 2017

TRES buenas ideas para visitar a una familia que acaba de tener un bebé

Todos nosotros (o casi todos), en algún momento de nuestra vida, nos encontramos en la situación de ir a ver a unos amigos o familiares que acaban de tener un bebé.

Qué regalar, qué llevar, qué decir... No me voy a andar con rodeos: por un lado están las cosas de siempre, como pañales, ropita, etc. y, por supuesto, los gustos personales. Pero, aparte de todas esas cosas, os dejo aquí las que mi experiencia personal con familias y madres recientes me dicen que son tres buenísimas ideas.

1: Comida.



No hace falta que le llenes la nevera, ni que lleves comida congelada para una semana, ni que le prepares un tupper de lentejas (aunque cualquiera de estas tres ideas es también maravillosa, dicho sea de paso). Llevar a una mamá que acaba de parir algo rico para comer y, a ser posible, que se pueda comer con una sola mano (porque en la otra es muy probable que la mayor parte del día haya un bebé) es siempre, siempre una buena idea. Si, además, es sano, ya es la repanocha, pero no es imprescindible. Unos paninis de la panadería, un bocadillo de algo que sepas que le gusta, unos falafel, unas croquetas... Imaginación al poder. Seguro que, sea lo que sea, será bienvenido.

2: Ayuda.



La mayor parte de nosotros, como es normal, cuando vamos a ver a un bebé recién nacido ardemos en deseos de cogerlo. Pero, siendo realistas, el mejor lugar para ese bebé son los brazos de sus padres. Por suerte para nosotros, hay muchas más cosas en las que poder ocupar las manos. Podemos ofrecernos a ayudar en alguna cosa, grande o pequeña (dependiendo mucho, seguramente, de la confianza que tengamos con las personas que estamos visitando). Preguntar despreocupadamente si "quieres que te friegue los platos", si podemos tender la ropa o, al marcharnos, si "quieren que bajemos la basura ya que vamos" es uno de los mejores detalles que podemos tener con los papás. Probablemente dirán que no, porque les pillaremos por sorpresa, pero que alguien se ofrezca a ayudarte siempre se agradece.

3: Ideas.



No consejos, no. Ideas. Está bien llevarlas, pero tampoco hace falta decirlas. Probablemente, esos papás recién estrenados ya han recibido muchos consejos, cuando no instrucciones directamente, sobre lo que deben y no deben hacer con su bebé. Todos pensamos que nuestra experiencia es muy valiosa (que por supuesto que lo es, para nosotros) y que sabemos decir las cosas de manera amable y no ofensiva (que seguro que también es así), pero llega un momento en que los padres recientes se desbordan y pueden llegar incluso a sentirse perdidos.

Lo mejor que podemos hacer por ellos es preguntarles con sinceridad qué tal todo, dejar que hablen de lo que quieran y escuchar. Sólo escuchar. Si en algún momento nos parece que nos transmiten tener algún problema, en lugar de atacar directamente con consejos podemos preguntar "¿necesitas ideas con eso?". Si de verdad necesitan ideas, nos dirán que sí, y ya podemos dar alguna o hacer alguna sugerencia que nos parezca útil. Si nos dicen que no, puede que no las necesiten porque ya sepan qué quieren hacer o que estén tan saturados de las ideas de otras personas que sientan que saber más cosas sólo les liará más. En cualquier caso, su respuesta a nuestra pregunta hará que, lo que hagamos, sea lo que ellos necesitan. Sin más.



Y, en caso de emergencia, es tan sencillo como recordar, si ya somos padres, qué fue lo  mejor que nos llevaron al nacer nuestros bebés. Y, si no somos padres, tirar de esta chuleta. Que fregar los platos lo puede hacer cualquiera :)

sábado, 19 de agosto de 2017

INTERPRETAR LOS PERCENTILES


Tras el nacimiento de nuestro hijo, uno de los parámetros en los que nos fijamos tanto sus padres como su pediatra y/o enfermera es en la ganancia de peso. Esta ganancia nos da una idea del modo en el que se está alimentando nuestro bebé, así como de su estado general de salud, entre otras cosas. No es de extrañar por tanto, que esta ganancia sea motivo de preocupación para los padres, y en ocasiones de desvelos, a veces por nuestra propia y natural obligación de preocuparnos por el bienestar de nuestros, hijos, pero en otras simplemente porque nuestros hijos no se ajustan a un patrón de crecimiento que parece ser que es el alfa y omega de la salud del bebé:

¿Y qué son exactamente los percentiles?  Pues los percentiles no son ni más ni menos (ni menos ni más) que una medida estadística de unos datos que, en el caso que nos ocupa,  se dibujan en un papel.

¿Y cuáles son esos datos y cómo se manejan?

Como las cosas se entienden mucho mejor con un ejemplo, vamos a ello.

Imaginad que tenemos 100 niños sanos y normales nacidos a término. Imaginad también que cogemos a esos cien niños sanos y normales y el día que nacen los pesamos.  Ahora cogemos cada uno de esos pesos, los ordenamos de menor a mayor. El percentil es la medida que señala la posición de cada uno de esos niños según su peso. Es decir, el niño que pesa menos ocupa la posición 1 (o percentil 1), el siguiente la posición 2 (o percentil 2), el siguiente la 3.... así sucesivamente, hasta llegar al niño que más pesa que está en la posición o percentil 100.  Los percentiles surgen pues de ordenar a los bebés según su peso, desde el de menor peso al de mayor peso.

En realidad los percentiles no surgen de pesar sólamente a 100 bebés. Realmente se pesan muchísimos más, ya que para obtener unas gráficas fiables, la muestra debe ser representativa, y eso sólo se consigue aumentando el número de datos y "traduciéndolos" a 100.

¿Y qué pasa con el percentil 50? pues simplemente que marca la mitad, pero nada más. Es imposible que todos los niños estén por encima del percentil 50, porque de cada 100 niños siempre 49 van a estar por debajo de este peso, uno justo justo en él, y otros 50 estarán por encima.  Si no es así, es que las estadísticas están mal hechas.

Otros percentiles que se toman como referencia son el 3 y el  97. Se considera que los que están por debajo del 3 o por encima del 97 hay que prestarles un poquito más de atención para cerciorarse de que todo va bien, nada más. Por supuesto que siempre habrá niños sanos y normales los percentiles 1, 2 ,3 ,98 ,99  y 100, incluso por debajo y por encima de estos percentiles. Simplemente estos niños son más pequeñitos o más grandotes.


Si continuamos pesando a cada uno de esos 100 niños cada mes, obtendremos unos datos (percentiles) a través del tiempo, que dibujaremos en una gráfica dando lugar a las curvas de crecimento.
¿Significa esto que un niño que haya nacido en el percentil 20 tenga que mantenerse siempre en este percentil?  Por supuesto que no. Las curvas simplemente son herramientas para detectar cambios en el niño que sea importante valorar. Por ejemplo, si un niño permanece habitualmente entre los percentiles 75/90 y de repente cae al 3, es posible que su pediatra decida indagar las causas, nada más.

No sólo se manejan percentiles de peso, sino de otros datos como la estatura y el perímetro craneal. ¿Y qué pasa si un bebé está en el percentil 75 de estatura y en el 25 de peso? pues absolutamente nada. En los bebés como en los adultos, hay distintas morfologías, y es perfectamente normal que un bebé que es muy delgadito, sea de alta estatura. Además de manejarse percentiles de diferentes medidas, como el peso y la estatura, se diferencia también entre niños y niñas. También hay gráficas específicas para bebés prematuros y grandes prematuros, porque estos bebés tienen un ritmo de crecimiento diferente a los bebés nacidos a término y lógicamente no suelen partir de los mismos valores de inicio.

Otra cosa muy importante, hay gráficas diferentes para bebés amamantados que para bebés alimentados a biberón, porque el ritmo de crecimiento no suele coincidir. Basta decir que la leche materna es un alimento que cambia no sólo a lo largo de la toma y del día, sino a lo largo de la lactancia. No es lo mismo el calostro, que la leche del primer mes, que la del quinto mes de vida, por lo que el ritmo de aumento de peso que tiene lugar en los bebés tampoco es el mismo.  Por este motivo es muy importante que nuestro pediatra utilice las gráficas que correspondan según la alimentación de nuestro bebé, así es posible en un momento dado, nos ahorremos muchos disgustos y algunas presiones.

Si quieres tener a mano la tabla de percentiles según las OMS (la que corresponde a los bebés amamantados),  tienes una práctica calculadora  aquí.


Como conclusión: los percentiles no son más que una medida estadística. Se puede estar bajo de hierro, de glucosa, de plaquetas, o simplemente ser bajo, pero no se puede estar bajo de percentil. Tampoco es posible que todos los bebés estén por encima del percentil 50. Cada niño se sitúa en un percentil, y no es más normal el que está en el percentil 95 que el que está en el 10, simplemente uno es más grande que otro.

Ya para finalizar, el aumento de peso es un valor a tener muy en cuenta dentro del crecimiento de nuestro hijo, pero los percentiles son un dato más, no el único para valorar este crecimiento. Si un bebé moja pañales, está contento, alerta, tiene buen color, coge peso y no tiene ningún problema,  pero está en el percentil 3, simplemente es un bebé sano que está entre los pequeños de su edad, nada más.




martes, 8 de agosto de 2017

CÓMO HABLAR CON EL MÉDICO DE TU HIJ@


  

 
Lema de la Semana Mundial de la Lactancia Materna 2017
(origen de la imagen: FEDALMA)
 
       Durante este año, el Lema de la SMLM hace referencia a la construcción de alianzas para proteger la lactancia materna. ¿Qué mejor alianza que la que podemos construir con nuestro médico?
 
     Hace años, durante mi formación como monitora, encontré muy interesante un artículo de la Liga de La Leche que trataba este tema: cómo hablar con el pediatra de nuestro bebé o hij@ más mayorcito. Lo he rescatado del fondo de recursos, porque pienso que en cierto modo puede seguir siendo útil y actual. Es obvio que es importante tener una buena comunicación con los profesionales que se ocupan de la salud de nuestra familia. Los médicos son un sostén clave de la lactancia materna. Aquí vienen algunas sugerencias para favorecerlo. ¿Se os ocurre alguna más? Por favor, no dejéis de compartirla en los comentarios.
 
 
******************
 
 Cómo HABLAR CON EL MÉDICO DE TU HIJO
 
   Los padres y el pediatra compartimos un interés común: la salud de nuestros niños. Vemos la ventaja y la importancia de trabajar juntos como un equipo. El clima de confianza y diálogo es el más idóneo. Lograr este clima es posible, fundamentalmente cuando existe sinceridad, respeto y confianza en el intercambio de información.
 
   No obstante, algunas veces las madres reciben consejos del médico que difieren de lo que éstas conocen por propia experiencia o saben de la lactancia materna. O bien al hablar con la monitora reciben información o sugerencias que difieren de los consejos médicos.
 
    En estos casos las mamás se encuentran ante una situación difícil e incómoda y pueden sentirse tentadas de mentir a su pediatra, si deciden no seguir su consejo. Es el caso de muchas mamás que reciben la consigna de no amamantar antes de las 3 horas ni más de 10 minutos,  o las que reciben el consejo de introducir otros alimentos antes de los 6 meses o suplementos de leche artificial porque “la leche ya no basta” o “el bebé gana poco peso” cuando es el caso que la lactancia funciona bien, el bebé está sano y la madre no tiene previsto destetar.
 
    En ocasiones el consejo profesional –puesto que proviene de un experto en salud- actúa de manera que la madre pierde la confianza en su capacidad de alimentar a su bebé y se siente tan culpable y se preocupa tanto que abandona la idea de llevar a cabo la lactancia materna exclusiva.
 
    En este artículo vamos a intentar ofrecer algunas sugerencias útiles para mejorar la comunicación con el profesional de la salud, fundamentalmente en los momentos en que la opinión del médico entra en conflicto con la decisión materna de cómo, cuándo y cuánto alimentar a su bebé.
 
   Qué duda cabe que es ideal  poder contar con un pediatra que conozca cómo funciona la lactancia materna y que tenga experiencia en cómo se desarrollan los bebés amamantados. Este tipo de pediatra será un estímulo muy valioso para el binomio lactante (madre-bebé) durante todo el tiempo que la madre desee amamantar.
 
  Si el pediatra desconoce cómo funciona la LM y ofrece consejos que no deseas poner en práctica (o ante la duda, no sin antes explorar a fondo las posibles causas y todas las opciones), puede ser que se preste a dialogar y mantenga una actitud abierta. En ese caso las sugerencias son las siguientes:
 
- El médico necesita saber lo que tú estás haciendo, ya que trabajáis como un equipo. Es mejor ser sincera y no ocultar nada importante. La sinceridad te ayudará a valorar más tu punto de vista, además el hecho de ocultar o mentir te hará sentir culpable y poco honesta.  Por otro lado al mostrarle tu modo de obrar, el médico sabrá qué funciona y qué no, y aprenderá más sobre LM.
 
- Escúchale atentamente, y (sobra decirlo) muestra en todo momento una actitud de calma, respeto y educación.
 
- Exprésale tu opinión con serenidad. Háblale de tus sentimientos. Por ejemplo: “No me siento cómoda con la idea de…”, o “Me sentiría muy triste si…” o “Me sentiría más cómoda si intentara…”, ya que el profesional puede discutir hechos, pero no puede discutir los sentimientos de una madre.
 
- Asegúrate de conocer bien los argumentos en los que se basa la sugerencia de la monitora, tu opinión o decisión respecto al consejo del médico.
 
- Muestra que se trata de una decisión que has tomado tú por ti misma. Evita decir cosas de tipo: “La LLL dice que…”, o “La Asociación Española de Pediatría dice que…”.
Es preferible decir: “He leído en (referencia bibliográfica) que…” o “En un libro que he leído sostienen que…”. Es posible que tu médico esté dispuesto a que le muestres esas publicaciones.
 
- Si no te apetece hablar con tu médico acerca de tu opinión o tu manera de resolver la cuestión (por ejemplo, sugerirle la posibilidad de llevarle  a tu niño a pesar cada semana para que él revise su progreso, o explicando que durante unos días vas a aumentar la frecuencia de las tomas para subir la producción antes de ofrecerle leche artificial) siempre puedes consultar a otro médico que esté más informado en temas de lactancia y apoye la búsqueda de soluciones que permitan continuar con ella.
LA LIGA DE LA LECHE