lunes, 1 de octubre de 2018

Voy a trabajar y tengo que separarme de mi bebé. ¿Podré continuar la lactancia? (I)


  Según los datos sobre la evolución de la lactancia materna en nuestro país en los últimos años,  todavía un gran porcentaje de bebés son destetados entre los 3 y los 6 meses. ¿Por qué muchas mujeres que habían planeado dar el pecho no llegan hasta los seis meses? Aparte de la pérdida de la cultura de la lactancia en nuestra sociedad, la reincorporación al trabajo después de la baja maternal es uno de los motivos principales del abandono de la lactancia.

  Las madres empezamos a pensar en la vuelta al trabajo ya durante el embarazo y a considerar las opciones de las que disponemos: quedarnos en casa, dejar a nuestro bebé con un miembro de la familia o alguien de confianza,  encontrar una buena guardería o una madre de día para que lo cuiden durante la jornada laboral....

  Es difícil saber cómo nos vamos a sentirnos al respecto antes de que nazca nuestro bebé, le cojamos en brazos y le demos el pecho. Muchas madres se sorprenden por la fuerza del vínculo que se crea con el bebé y los grandes cambios que se producen en sus perspectivas y prioridades.   Antes de tomar cualquier decisión, imagina qué te hará sentir más feliz y piensa cómo puedes conseguirlo. Trata de impedir que los demás te digan qué debes hacer o sentir. Seguro que tú encontrarás las mejores soluciones para tus circunstancias.




  Cuando una nueva madre debe volver al trabajo puede experimentar un gran sentimiento de pérdida. En lugar de prepararte para la separación, explora tus derechos laborales, pues quizá puedas tomarte un permiso por maternidad más largo y, en todo caso, deja que el cariño fluya libremente entre los dos. Da el pecho según los deseos de tu bebé, mantenlo cerca día y noche y disfrutad el uno del otro. No es necesario acostumbrarlo a la separación con antelación.

  Cuando llegue el momento de organizar tu vuelta al trabajo, seguir dándole el pecho mantendrá este vínculo biológico y emocional. Para tu bebé, mamar será lo que te haga especial. La persona que te sustituya puede dar biberones o vasitos, u otros alimentos -según la edad del bebé-, cambiar pañales..., pero sólo tú podrás proporcionarle esa excelente proximidad y la alegría de mamar. Dar el pecho es una manera maravillosa de celebrar vuestra reunión al final del día. Ambos necesitaréis y disfrutaréis de esos momentos en que os sentaréis juntos y os ocuparéis el uno del otro, antes de las preocupaciones de las tareas de la casa.



  Las mujeres que trabajan fuera de casa o que necesitan separarse de sus bebés suelen valorar mucho los momentos que pasan amamantando a sus hijos/as y saborean con gran placer la ternura, la calidez y la intimidad que les aporta la lactancia. Consideran que la intensidad de la relación que establecen con el bebé mientras lo amamantan les ayuda a compensar todas las horas que tienen que pasar lejos de sus familias. Además, la lactancia tiene un efecto calmante y relajante sobre ellas.


   Aunque a veces no es fácil, cada vez hay más personas que están convencidas del valor de la lactancia materna y, al mismo tiempo, se sienten tan comprometidas con su carrera profesional, que están dispuestas a asumir ambos tipos de responsabilidades. Hace algunos años las mujeres decían: “Me voy a reincorporar al trabajo. ¿Cómo debería destetar al bebé?”. Ahora dicen: ¿Cómo puedo compatibilizar el trabajo y la lactancia?



PREPARARSE CON ANTELACIÓN
 Esta es una etapa en tu vida en la que necesitas todo el apoyo posible, así que aprovecha toda la ayuda que te puedan ofrecer: la pareja, tu familia, amigos, vecinos, canguro, guardería...

¨        Planifica con antelación quién cuidará al bebé, ya que deben conocerse ambos y establecer un vínculo afectivo mutuo.  Busca una persona que comparta tu estilo de crianza, que sea partidaria de la lactancia y que tenga al niño en brazos a menudo y lo consuele cuando llore. Aunque desees ser la primera de la lista de tu bebé, él/ella necesita confiar en la persona que lo cuida cuando tú no estás. 


 

QUÉ COMERÁ CUANDO YO NO ESTÉ


    Dependiendo de la edad del bebé, la madre dispone de diferentes opciones. La OMS recomienda la lactancia materna exclusiva –sólo leche materna- hasta al menos los primeros 6 meses de vida. A partir de ahí, se puede ir introduciendo la alimentación complementaria poco a poco, en función de la madurez del bebé, manteniendo la LM  hasta los 2 años y a partir de ahí tanto como la madre y el niño/a deseen.
    Otra posibilidad que puedes barajar sería la de alternar la lactancia materna con la artificial (lactancia mixta). 
    Si el bebé tiene más de 4 meses, es posible contemplar la opción de avanzar la introducción de sólidos, pero no antes. 

    Esto es lo que el COMITÉ DE LACTANCIA MATERNA de la AEP (Asociación Española de Pediatría) recomienda:



* EXTRACCIÓN DE LA LECHE MATERNA.

Muchas madres reconocen que extraerse la leche en el trabajo les brinda una forma de seguir “conectadas” íntimamente con su bebé. Extraer la leche estimula la producción y evita la ingurgitación. Tanto si se planea extraerse la leche manual o mecánicamente, la técnica requiere algo de práctica, por lo que es bueno ensayar con anterioridad antes de la reincorporación y considerar las primeras semanas como de entrenamiento.

La clave de la extracción consiste en reproducir el reflejo de eyección que provoca la succión del bebé y el contacto de sus labios. Es de mucha utilidad visualizar al bebé; para algunas madres resulta también de ayuda aplicar calor en los pechos o masajearlos, así como estimular ligeramente los pezones antes de comenzar la extracción. Establecer una rutina y encontrar un sitio y un horario cómodo y tranquilo para extraer la leche puede ayudar a estimular un mejor flujo. Al principio, la cantidad de leche puede ser pequeña; con la práctica aumenta, aunque es normal que la cantidad varíe de una extracción a otra.

EXTRACCIÓN MANUAL:
Para muchas madres, la extracción manual resulta adecuada, fácil y gratis. El contacto de la mano con la piel del pecho puede ser más estimulante que un aparato extractor y, por lo tanto, facilita la bajada de la leche. Además la leche extraída manualmente contiene un mayor nivel de sodio que la extraída con el sacaleches: Después de masajear el pecho, cógelo con el pulgar por encima, a unos 3-4 cm de distancia del pezón, y los dedos por debajo formando una “C”. Empuja los dedos hacia la caja torácica (costillas). Rueda los dedos hacia fuera igual que se imprimen en un papel las huellas dactilares. Repetir rítmicamente, rotando los dedos alrededor del pecho. Cambia de pecho cuando el flujo disminuya considerablemente. La cantidad de leche aumenta si se alternan varias veces 3-5 minutos de extracción manual con unos minutos de masaje. El procedimiento total dura unos 20-30 minutos.

Antes de extraerse leche, es importante seguir unas normas básicas de higiene:  lavarse bien las manos antes y recoger la leche en un recipiente limpio y apto para el uso alimentario. La extracción nunca debe doler y hay que evitar dañar al delicado tejido del pecho.

USO DE UN SACALECHES

TIPOS
Hay muchos tipos de extractores de leche materna en el mercado. Sigue las instrucciones del fabricante cuando uses cualquier tipo de sacaleches. Encontrar el modelo adecuado depende de la preferencia de cada madre y el uso que le va a dar. No es lo mismo sacarse leche de vez en cuando, o para algunas tomas semanales, que extraerse dos tomas diarias. Los mejores sacaleches manuales son los que imitan el efecto de una jeringa o los que pueden utilizarse con una sola mano. La madre tendrá que aprender qué ritmo de succión le va mejor.
Los sacaleches eléctricos y a pilas, en general, son más rápidos, si bien hay diferencias según marcas y modelos. Si es de extracción sencilla (un pecho cada vez) ayuda el hecho de cambiar de pecho varias veces en la misma sesión. El tiempo total invertido suele ser de unos 20-30 minutos. Los sacaleches dobles (los dos pechos a la vez) acortan el tiempo de extracción y ofrecen el máximo de estímulo.

MANTENIMIENTO: Es necesario limpiar en profundidad el extractor antes de su primer uso, así como lavar y aclarar las partes que han tenido contacto con la leche cuidadosamente después de cada uso.

ALMACENAMIENTO DE LA LECHE MATERNA.

ENVASES: Pueden ser de plástico duro o de vidrio aptos para uso alimentario (los que llevan grabado el símbolo de la copa y el tenedor), bien lavados con agua caliente y jabón, y  aclarados.  También se venden bolsas especialmente diseñadas para el almacenamiento de leche materna. No olvidar poner la fecha antes de almacenar el envase.

¿CUÁNTA LECHE?: No es necesario sacarse de una vez toda la leche que se pretende dejar al bebé. Tampoco es necesario mantener separadas las distintas cantidades que se vayan extrayendo a lo largo del día.
Se recomienda guardar la leche en pequeñas cantidades, de 60 a 120 ml para facilitar su posterior uso. Así es fácil calentar o descongelar la cantidad sin desperdiciarla, según el hambre del bebé.

¿QUÉ TENGO QUE TENER EN CUENTA?: Siempre que las cantidades previamente extraídas se hayan mantenido a una temperatura entre 0 y 15 grados, se puede utilizar el mismo recipiente para guardar la leche recién extraída, por un período máximo de 24 horas, para luego seguir las recomendaciones de almacenamiento  de acuerdo con la fecha y hora de la primera extracción. Si la leche previamente extraída se ha mantenido entre 19 y 22 grados, el tiempo total de almacenamiento no debe exceder las 10 horas desde la primera extracción. Y si la leche se ha mantenido a 26 grados, el tiempo total de almacenamiento no deberá exceder las 8 horas desde la primera extracción.

¿EN LA NEVERA O EN EL CONGELADOR?: La leche materna refrigerada mantiene casi todas sus propiedades. La congelación puede hacer que se pierdan algunas propiedades, pero sigue siendo un alimento superior a alternativas artificiales. Muchas madres prefieren tener algo de leche materna congelada “por si acaso”, aunque normalmente su hijo/a tome leche refrigerada del día anterior.


TIEMPOS DE ALMACENAMIENTO

La leche materna se puede guardar:
·         A temperatura ambientede 19º a 26º C, de 4 a 8 horas   Los recipientes tapados (mejor con una toalla fresca) y en lugar lo más fresco posible.
·         En bolsa térmica, entre -15º y 4º C, 24 horas.  Los acumuladores de frío deben estar en contacto con los recipientes de leche. Abrir la bolsa sólo si es indispensable.
·         Refrigerada entre 0º y 4º C, de 3 a 8 días.  Extraer la leche con cuidado para que no se contamine. Conservarla en la parte central trasera de la nevera.

La leche materna congelada se puede guardar:
·         En un congelador dentro de la misma nevera: 2 semanas.

·         En un congelador con puerta separada pero que es parte de la nevera (tipo Combi): 3-6 meses. (La temperatura varía según la frecuencia con que se abra la puerta).

·         En un congelador separado (tipo arcón o comercial), con temperatura constante de 19ºC: 6-12 meses.

La leche almacenada más tiempo suele estar buena, pero algunas grasas se descomponen con el tiempo. 


UTILIZACIÓN DE LA LECHE ALMACENADA

       Cuando se refrigera la leche humana se separan sus componentes –ya que no está homogeneizada-, y hace falta agitarla suavemente para que se mezclen. No es necesario calentar excesivamente la leche materna; basta con que llegue a los 36-37º C, que es como sale de nuestro cuerpo. Además, el hecho de calentarla demasiado destruye componentes muy valiosos. Es conveniente agitarla antes de comprobar la temperatura.

      La leche de algunas mujeres se altera cuando lleva unos días congelada, y tiene un olor extraño, como a grasa rancia o jabón. Se debe a que la lipasa (una enzima digestiva que viene en la leche para ayudar al bebé a hacer la digestión) actúa sobre las grasas de la leche y empieza a desintegrarlas. No es malo, pero puede que al bebé no le guste. El problema se puede evitar calentando la leche sin llegar a hervir inmediatamente después de la extracción y después enfriándola rápidamente y congelándola.

     Para descongelar la leche materna se puede colocar el recipiente dentro de otro recipiente más grande con agua caliente. Nunca directamente sobre el fuego. La leche materna no debe hervirse y el uso del microondas está desaconsejado.


CÓMO ADMINISTRAR LA LECHE AL BEBÉ

       Como es difícil saber qué cantidad va a tomar el bebé, sobre todo al principio, y a fin de no desperdiciar la leche materna, es conveniente mantenerla en un recipiente distinto del que se lleva a la boca el bebé. Se empieza por ofrecer al bebé pequeñas cantidades en el recipiente de elección (vaso, cuchara, jeringa, biberón) y, si quiere más, se va rellenando del recipiente que se ha descongelado, de modo que la leche del recipiente original no entre en contacto con la saliva del bebé.  Así se podrán guardar las cantidades que el bebé no haya tomado, ya que, siempre que no haya estado en contacto con la saliva del bebé, la leche descongelada puede mantenerse refrigerada otras 24 horas.

¨        Ofrecer la leche al bebé antes de que tenga demasiada hambre puede hacer que el proceso sea más tranquilo. Y si el bebé parece tener hambre justo antes de que la madre regrese, se puede intentar calmarle con sólo una pequeña cantidad de leche, para que su madre pueda darle el pecho en cuanto llegue.

¨        No hace falta que acostumbres a tu bebé al biberón antes de volver al trabajo. Algunos rechazan el biberón cuando es su madre quien se lo ofrece, pues saben que el pecho está cerca, pero pronto se acostumbran a tomarlo de la persona que les cuida. No hay que meter la tetina en la boca del bebé sino dejar que sea el bebé quien la tome por su cuenta, sin forzar. A veces es útil probar diferentes posturas para darle un biberón, ofrecérselo caminando o meciéndole en brazos. También se pueden probar diferentes tipos de tetinas, o calentar la tetina bajo un chorro de agua templada. Recordar que el bebé siempre puede tomar perfectamente la leche de la madre con taza o con cuchara.
En bebés menores de 4 semanas o en bebés que todavía no han adoptado una buena técnica de lactancia, el uso del biberón puede crear confusión con el pezón, por lo que no se recomienda su uso. Es preferible utilizar un vasito o una jeringuilla.

¨        Si el niño/a no quiere ni vaso ni biberón, pero tampoco parece hambriento, no es conveniente insistir. Algunos niños/as prefieren esperar a que vuelva mamá y se pasan la tarde mamando más frecuentemente o aumentan la demanda por la noche y así compensan. Algunas madres, en estos casos, prefieren dormir junto a sus hijos/as para que sea más fácil la lactancia.


Ana Isabel Barriga Martín
Monitora de la Liga de La Leche

Información extraída de "El Arte Femenino de Amamantar", Liga de La Leche Internacional y de nuestro folleto "Lactancia y Trabajo", Liga de La Leche de Castilla y León, Valladolid




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